20 de marzo

1966, el trofeo Jules Rimet -en exhibición en el Central Hall Westminster de Londres- es robado a pocos meses de la disputa del Mundial de fútbol de Inglaterra. Siete días más tarde, David Corbett estaba paseando a su perro Pickles cuando, olfateando un arbusto, encuentra el trofeo envuelto en periódicos -los ladrones jamás fueron encontrados-.

Sin embargo, en 1983 el trofeo fue robado de la Confederación Brasileña de Fútbol y posteriormente fundido.