2002, en Moscú, José Martín Meolans se consagra campeón del mundo.
El cordobés marcó un hito en el deporte argentino, en Moscú, en el 6° Mundial de piscina corta (25m), nadó los 50m libre en 21s36/100 y se ganó la medalla dorada.
Además, quebró dos récords: el sudamericano que estaba en poder del brasileño Fernando Scherer desde noviembre de 1998 (21s44/100) y el del campeonato que tenía el británico Mark Foster (tres veces campeón de esta prueba), con 21s43/100.
1992, el uruguayo José Perdomo convertía un gol que provocó un “terremoto”.
Esa tarde, en la antigua cancha de Estudiantes, se disputaba el clásico platense entre el local y Gimnasia y Esgrima -el Lobo llevaba 16 años sin ganarle como visitante-.
A los 9 minutos del segundo tiempo, Perdomo anotaría de tiro libre, y las vibraciones provocadas por el festejo del gol llegaron a ser registradas en el sismógrafo del departamento de Sismología e Información Meteorológica del Observatorio Astronómico de La Plata, ubicado a unos 600 metros del estadio.
“Al ser un partido con muchas personas cantando al unísono se produjeron esas vibraciones. Esto también tiene que ver con la época, porque los estadios antes eran de madera y ahora son de cemento”, explicó la doctora en Geofísica, Nora Sabbione.
Además, dijo que “fue más lo periodístico que la notoriedad del fenómeno en sí. La vibración que causó el tanto tripero no se puede medir en escala Ritcher porque se trató de un evento artificial. Esas señales tuvieron características distintas a las de un terremoto de origen natural”.
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