Le tiró todo el barrio encima. Lo ganó por tener más calle. Aunque su fútbol por momentos se metió en un callejón sin salida, la defensa tuvo baches y le faltó un GPS para definirlo, la victoria nunca quedó encerrada en un embotellamiento.
Traigan ramos, porque Flores sobran. Otra vez, Leo fue el MVP del partido. Marcó un golón, le robó la definición a un lateral brazuca. Remató desde afuera del área para clavarla en el ángulo derecho de la portería rival. Ni juntando a todos los arqueros de la categoría, podían llegar a esa bola. Ya es el goleador del equipo con 3 pepas. Y este golazo, tremendamente galáctico, de otro universo, sirvió para que Atlanta le gane 1 a 0 a Estudiantes de Río Cuarto, la bestia negra del torneo pasado para el Bohemio. Ya que se habían enfrentado 3 veces y siempre se impuso el León del Imperio. Pero por suerte eso quedó archivado como las causas judiciales de los ricos y famosos.
El PT fue parejo, los dos tuvieron sus oportunidades de colgar jugadas de gol en la nube, pero la de los cordobeses fueron aprobadas hasta por el ANMAT. Por ejemplo, su lateral izquierdo, Nicolás Ihitz, la perdió abajo del arco. Créanme que después de ese insólito gol que se devoró, fui más creyente que el Papa Francisco. Atlanta padeció la amplitud que ejercía en las bandas el conjunto de Río Cuarto, que se ensanchaba como las caderas de mí tía. De todos modos, no hubo un dominio absoluto del equipo mediterráneo, que jugó como un carancho, aprovechándose de los errores del rival, sin explotar tanto las virtudes propias. El Bohemio fue discontinuo en su juego, pero con mejores trazos que el León cordobés. Encima, como bonus track, llegó ese pedazo de gol de Flores a las 36 minutos del primer tiempo. Nos tiene mal acostumbrado el “4” de Atlanta, cada uno de sus tantos son premium, de colección.
Para el arranque del segundo tiempo llegó el bendecido cambio de Erviti. Afuera el extremo Taborda y adentro el zaguero central Perales, una modificación que tiene menos prensa que el Frente de Izquierda, pero que era necesaria como agua para chocolate. Teniendo en cuenta que en los primeros 45 minutos la dupla de defensores centrales tuvo más problemas que la familia Pérez García, casualmente los dos back central tienen esos apellidos. Con el ingreso de Perales, llegó la calma. Volvió la línea de 5, que ya pasa hacer el recurso más utilizado por Erviti. Lo que permitió que los laterales ocupen un espacio en la tripulación del medio, y esa amplitud en los costados, achicó el despliegue que tenía Estudiantes en la cornisa del campo de juego. El León molestó con centros que para Rago eran pan comido. El problema fue otro…
… Atlanta no supo rematarlo. Generó un pack de jugadas de gol, pero le faltó sintonía fina. HD. No tuvo el ingenio en los últimos metros para ser aristocrático en la definición. En partidos cerrados, de detalles, tan apretados como pantalón de chupin, perder esas jugadas de gol, se pueden terminar lamentando como si el Gobierno Nacional rajara a Guzmán del ministerio de economía.
Después de Leo Flores, los que se destacaron en la comarca bohemia fueron: Bolívar, un relojito suizo en el medio. Pulcro en la distribución y feroz en la recuperación.
También sobresalió Colombini, que no aportó en la cuota social goleadora, pero se sacrificó como un soldado soviético. Aguantó con su lomo el balón mil veces. Categoría para jugar.
El último que jugó con resaltador fue Gabriel Ramírez. Trato estético del esférico. Es el titiritero del equipo. Mueve los hilos para unir a los compañeros.
Un capítulo aparte fue Riquelme. También se destacó, calmó el esférico en tiempos de turbulencia en el juego. Pero debe aprender a no sentir el rigor permanentemente del rival. Expone todo el tiempo su físico al golpe del oponente. Le falta oficio para cuidar la redonda sin ser lastimado. Por sus características es primordial que salga ileso la mayoría de las veces, por ahora le sucede a la inversa. Teniendo a Erviti y al “Tano” Gracián como entrenadores, ofician de una biblioteca completa para el hermano de Román, que era un escapista de los rivales a la hora de tener atada la bola en sus pies.
El Bohemio sigue sumando millas en este viaje de la Primera Nacional, que es más largo que viajar en monopatín de Buenos Aires a Pekín. Ya pasó Río Cuarto, el próximo domingo llegará la estación de Turdera para medirse ante Temperley. Todavía la temporada esta carreteando, aún no tomó vuelo propio, quedan muchas paradas obligadas. Lo que hoy se definió que Atlanta es de Villa Crespo y también de Flores.
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