Pasó la primera batalla, la de San Martín. Con un regimiento de 11 hombres uniformados de blanco, sin el mejor armamento, pero con el temple de un guerrero y con los huevos más grandes del universo, Atlanta le ganó 1 a 0 a ChaCarita una verdadera guerra.
El comandante del área, Ignacio Colombini, fue el autor de esta gesta bélica, un especialista en atacar con goles a los clásicos escuadrones rivales. El ejército bohemio terminó sufriendo la baja de dos soldados, por las expulsiones que les propinó el brigadier Broggi, un infiltrado de la guerrilla funebrera. Son estos triunfos los que se festejan por varias décadas, y mucho más si lo ganas con 9 hombres.
El partido fue un parto, de madre primeriza y por cesárea. Se sufrió hasta la última contracción. La partera grito bien fuerte el sexo de la criatura: ¡Es Nacho! Es que esta clase de partidos te enseñan desde la nursery, que se hicieron para ganarlos. No importa tanto las formas, eso dejémoslo para los cotejos más normales, para los demás embarazos, los terrenales. Aquí el clásico, contra el rival de toda tu vida, tenes que imponerte en la chapa del resultado, el resto es anecdotario.
Mamita querida, lo que atajó Francisco Rago, que tiene nombre de Papa, por eso algunas atajadas parecen milagrosas. Tanta fe le sobra, que terminó el derby en una gamba.
Lo que metió y sacó Martín García, una isla impenetrable. Ni con una orden de allanamiento, podías entrarle. Despliegue, proyección y asistencia en el gol, una tarea presidencial la de Fernández, Ramiro, el lateral izquierdo bohemio. Y el poker de figuras lo completó Solari, sacrificio al por mayor. Con overol y smoking jugó todo el partido. Teniendo un apellido musical, ofreció flor de recital.
Atlanta venció 1 a 0 a ChaCarita con 9 jugadores. El gol lo hizo su “9” Colombini, a los 9 minutos del primer tiempo. Si vos sos hincha bohemio y no jugas unos pesitos al 9 en la quiniela, anda revisando tu fanatismo por el equipo, puede estar en baja. Es cierto que no te vas a convertir en millonario, pero todo lo que venga de chiripa, siempre es bienvenido. Como ese gol de “Nacho”, un especialista en anotar en las redes sociales rivales, y de visitante. Ya lo hizo en Floresta en el duelo con pica que hay ante All Boys. Y ahora le tocó marca tendencia en San Martín. Después de un lateral en ataque, que por línea privada me dicen que era para el funebrero (el que le roba a un ladrón tiene 100 años de perdón) La defensa rival se quedó dormida, Ramiro Fernández mandó un preciso centro al corazón del área y ahí el capo cannoniere de Colombini usó la cabeza, para anotar el único gol de la noche.
Después de ese tanto llegó el descalabro de Jorge Broggi, el referí del partido, un niño mimado por Beligoy, el que maneja a los árbitros en el fútbol argentino. Por ahí Don Federico nos puede explicar con lujo de detalles porque no expulsó a Gallegos, que le fue de manera criminal al tobillo de Rago. O por qué solo le mostró la prepotente tarjeta roja a Dramisino, cuando Silcan, el lateral rival, fue también muy feo con los dos pies hacia adelante contra Alejo. Por ahí Beligoy nos traduce la expulsión de Perales, que sufrió un tremendo planchazo, pero al único que rajaron fue a él. Tal vez el capo de los árbitros nos ilustre el motivo que en San Martín se puede ponerle los brazos en la jeta al rival y el colegiado ni amarilla te va a mostrar. En una guerra todas las tácticas son permitidas, pero ningún ejercito puede meterle la mano en el bolsillo al otro.
Con carácter, con entrega, con disciplina, con amor propio, el equipo de Erviti (que también fue expulsado por entrar un minuto más tarde para jugar el segundo tiempo) Ganó el superclásico del ascenso, aunque los dos equipos son parte del inventario de los clubes de Primera. Nadie podrá saber si esta victoria te da un empujón para lo que viene, si elevará el rendimiento para los próximos encuentros. Pero lo que seguro hará, es que el hincha de Atlanta este feliz, porque ganar con 9 de visitante a tu clásico rival no tiene precio. Es como nunca haber jugado en la C, son sensaciones que si no la viviste, no sabes de que se trata. Por fin una vez el tiro salió para el lado de la justicia y el Bohemio con todos los protocolos del caso, no tuvo rencores y vacunó con la rusa a sus ex vecinos.
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