13 octubre, 2025

Un lugar, todas las disciplinas

Ante Güemes, fuimos muy gauchitos

Atlanta vs Güemes

Atlanta. La Voz del Hincha.

En Santiago del Estero dormimos la siesta, no pusimos la alarma del celular para despertarnos a tiempo y hasta sufrimos la pesadilla de un arbitraje localista. Otra vez jugamos un primer tiempo con lagañas en las gambas, y a diferencia de otros rivales, Güemes a la hora de facturar nos acostó y nos convirtió con la pelota parada de almohada. Fue derrota dos bostezos a cero, transformándose así en la primera caída del torneo. Urgente necesitamos un despertador, es momento de abandonar el pijama y volver a vestirnos con la pilcha de candidato, aunque aún ese traje nos quede grande.

Haciéndole honor y gratitud al número de la fecha que se disputaba, la jornada 13, llegó la primera desgracia en el campeonato. Pudo haberse presentado antes en Caballito frente a Ferro, en Córdoba ante el Racing de esa provincia, en juegos de local contra Los Andes o Colegiales y hasta nos pudo haber tocado en Sarandí frente a un Arsenal que aún no ganó en el certamen local. Pero el que nos quitó el invicto fue el penúltimo de la tablita, el Club Atlético Güemes de Santiago del Estero. En estos tiempos de fervor por El Eternauta, tuvo que ser un prócer el que nos propinó el primer traspié en el torneo. A le faltó en su equipo a un Juan Salvo, a un Tano Favalli. En contrapartida, le sobraron muchos Cascarudos sin Teleconductores que lleven el balón, por eso terminamos derretidos bajo la nieve.

Para este choque ante el Gaucho, el boyero de DT que tenemos pudo volver a contar con algunos bueyes que no jugaron de entrada en la chacra de Villa Crespo ante Patronato. Reaparecían en el campo Caín Fara, Guillermo Ferracuti y Jorge Valdez Chamorro. Dejaban sus lugares los vagabundos futbolistas de Tomás Rojas, Nicolás Tolosa y Alexis Sabella. Aunque la tradición de es jugar 4-3-3 como quiso hacerlo en el rancho de Güemes, terminamos todos con las boleadoras por el piso viendo un equipo que traicionó sus costumbres, que le costó salir de su zona rural y que el arco rival le quedó a una estancia de distancia. Hay que mejorar, ya no hay changüí, y en nuestros pagos debemos ganar para volver a subirnos a lo más alto del jinete del campeonato. 

En la Argentina es clásico comer locro en fechas patrias, ponerle soda al vino, tomar mates con amigos y que regale los primeros 45 minutos. Otra vez lo mismo, ya es repetido como los capítulos de Casados con hijos en el canal de las tres pelotas. El equipo salió a la cancha al Pepe Argento, porque no llegamos nunca al área vecina de los Fuseneco. El rival jugando al ritmo del perro Fatiga nos metía en problemas, parece mentira. Nosotros con la pelota en los pies éramos Paola rindiendo un examen en la escuela. Encima el árbitro del encuentro, Nahuel Viñas, fue el villano del episodio. A la media hora de este primer capítulo cobró una falta fantasma. Al parecer Santiago Coronel hizo una de Coqui y con la pelota jugándose por otro lado tomó de la camiseta a un rival cerca del área. El referí lo pescó, cuando casualmente otras jugadas de frente manteca no las observó. De ese tiro libre llegó la apertura del marcador. Golazo a lo Mastantuono de Thobias Arévalo, aunque esa definición estelar que se dio en el Superclásico no se pareció por la pegada del jugador de Güemes si no por la nula reacción de Rago, que ahí fue estatua a lo Marchesín. Pero el gran Pancho estaba tapado por la barrera, que cubrió menos que una tanga de Moni Argento. Había que tomar cafecito para mejorar en el complemento.

Para le etapa final Luís García rompió el modelo de los anteriores cotejos y arrancó el segundo tiempo con dos cambios. Afuera terminaron Ferracuti y un desdibujado Valdez Chamorro, que cuando no rinde repercute en el equipo como la inflación en el bolsillo argentino. Es cierto, que cuando este mediocampista juega flojardi no se puede maquillar como los números del INDEC. Basta con ir al supermercado, a la carnicería, o ver las facturas de los servicios, para darnos cuenta que ese mal sigue existiendo. Los dos lugares vacantes fueron llenados por Nicolás Tolosa y Fede Bisanz. Pero igual continuábamos jugando para la mona, el área enemiga nos quedaba más lejos que China. 

Es sabido que los equipos santiagueños tienen banca en las entrañas de la AFA. En Primera y jugando la Libertadores anda Central Córdoba. Y en la categoría telonera de la máxima división están Mitre y este Güemes, que a pesar de tener nombre para representar a Salta es de la provincia que conocemos como Madre de Ciudades. Ese mote nació porque desde este lugar partieron expediciones que fundaron otras ciudades norteñas. Volviendo al 2025 y más precisamente al estadio Arturo “Jiya” Miranda, decimos que esta provincia está acomodada en nuestro fútbol, porque el tuitero Pablo Toviggino es el secretario ejecutivo de la AFA, el pope del Consejo Federal y por más que no sea santiagueño de pura cepa, ya que nació en Rosario, su cargo de vice presidente del club Comercio Unido de la provincia donde duermen la siesta, le permitió desde ahí forjar el futuro político de Tapia y su ingreso a manejar las ligas del interior. Entonces, la mano derecha del Chiqui no se olvida de sus comienzos y si puede ayudar a los equipos de esa región lo hará de todo corazón. Por eso no sorprende que a los 16 minutos del complemento se dio la otra polémica de la contienda. 

Se escapó Martín Álvarez, el 7 de Güemes por la extrema derecha de su ataque, la izquierda Bohemia. Ni bien recibió la pelota el delantero local metió un centro administrativo, que hizo que el esférico rebote en el brazo del defensor Rodrigo Moreira. No era una mano que ocupe un mayor espacio y encima casi que no había distancia entre el envío del balón y su humanidad. Pero sin dudar y con una felicidad desbordante, el árbitro Nahuel Viñas sancionó la pena máxima. Me juego mi casa contra una aceituna que si era en la otra área no lo cobraba ni mamado. Evidentemente, les estaba molestando ver tan abajo a uno de los equipos del poder, por más que el mandamás de sea vice de la AFA, pesan los contactos de WhatsApp que tiene Pablito y por eso había que ser Gaucho con el elenco norteño. Desde los 12 pasos convirtió el segundo gol del match Nicolás Montserrat, por más que Rago adivinó que iba al palo derecho, no llegó y la diferencia se amplió.

De todos modos, no podemos hacernos los giles y poner los reflectores solo en el desempeño del hombre de negro. Los vestidos de blanco que representan al Bohemio dieron pena. Luís García siguió con los cambios que modifican menos que Sturzenegger a la vida del ciudadano de a pie. Uno ayuda al rival con esas variantes pedorras y el otro a sus amigos del sector privado, igual es más grave lo que hace el (casi) pelado que nadie eligió pero que gobierna con el Javo. Para seguir haciéndole daño al Estado de , el DT mandó a la cancha a Bauman por Echeverría, también ingresó Nico Medina por Ambrogio, que su nivel bajó hasta el sótano, siendo el único cambio lógico que deparaba el doparti. Al ratito entró Sabella por Coronel, para que ahí la confusión fuera gobierno y la anarquía sacará más votos que el resto. Casi que no llegamos al área de enfrente, salvo por alguna escapadita turística de Medina, el mejor de la cancha en el tramo que le tocó jugar. Tal vez lo necesitemos más minutos en el equipo de gala. 

Floja presentación del Bohemio…

Otra floja actuación del conjunto de Villa Crespo, que esta vez no contó con ninguna atajada memorable de Rago, ningún cruce heroico de Fara, ni de un gol salvador para ganar de chiripa el encuentro. Ante Güemes, fuimos muy gauchitos, que junto a la ayuda arbitral nos ganaron 2 a 0 sin casi proponérselo. Los que siguen en un nivel nauseabundo son los extremos bohemios. Fedele y Ambrogio sirven menos que regalarle un bronceador a un pingüino. Sus bajas actuaciones influyen de lleno en el equipo. Jugando así, es como que a un avión le falten las alas y con su fútbol que ni siquiera les carretea, hasta Flybondi ofrece un mejor servicio que estos dos delanteros. Necesitamos que mejoren, para no terminar como LAPA. 

En un partido de medio pelo, nos quitaron el invicto y nos desalojaron de la cima de la zona, que ahora es propiedad intelectual de San Martín de Tucumán, justamente nuestro próximo rival. Habrá que tratar de sacar fotocopia a color de la actuación ante Quilmes cuando los recibamos en el Gran León, a un rival que llegará puntero y sin derrotas a la cancha del Bohemio. Esperemos ante el Ciruja abandonar nuestro juego de linyera, que los mandemos a revolver la basura, y aunque nos tilden de crotos lo importante es que la victoria duerma en Villa Crespo.