15/03/2020 “Punto Madryn”
Se sumó y eso parece lo más alentador de una jornada que se jugó sin público por la pandemia del Coronavirus, la enfermedad top del 2020. Por la vigésima primera fecha del torneo que le cubre las espaldas a la máxima categoría del fútbol argentino, Atlanta igualó sin goles ante Guillermo Brown en su visita a Puerto Madryn. Con un partido menos, el Bohemio sigue con un punto más que Estudiantes de Río Cuarto (38 a 37) Liderando su zona. En una fecha que ninguno de los equipos de arriba pudo ganar. Salvó Morón en San Juan, en el que Gallo cantó un triunfo que lo mete en el club de la pelea. Por eso, nuestra parda se acepta como el alcohol en gel.
Fue un partido difícil, sin hinchas, a cancha vacía, sensación que te remite a un entrenamiento. Pero ambos cuadros lo jugaron como uno por los porotos. Atlanta sintió la ausencia de Previtali. Ni con un camión lleno de productos “Pavón” pudo maquillar su faltazo por llegar al límite de amarillas. El equipo extrañó su pack de pases premium. Tampoco estuvo Valdez Chamorro. Sin su dinámica, el medio perdió cierta frescura, era una flor sin riego. Además, al elenco de Lisa le esta faltando más aceleración en los últimos metros, cambio de ritmo, dirían los eruditos en la materia. Es protagonista de los partidos, pero no es punzante en el área ajena. Atesora el balón como los argentinos al Dólar, pero tiene la profundidad de una pileta pelopincho en ataque. Así y todo, si sus delanteros tenían afilado el lápiz, el Bohemio habría dibujado un triunfo un tanto exagerado, pero muy festejado.
Guillermito Brown tuvo las propias, pero una vez más Rago salvó al elenco de Lisa. Se puso la capa de superhéroe y sostuvo los embates de un rival, que en tiempos de HD, sus delanteros siguen con una definición de tele de tubo. Menos mal que el portero de Atlanta nunca cambió de canal y detuvo cada una con su control remoto. Hasta el palo tuvo de aliado, por ahí llamarse Francisco tiene sus beneficios. El Bohemio sigue siendo generoso en su área, le cuesta todavía cubrir los costados. Y no quisiera seguir detallando errores que ya son patológicos, porque estaría spoileando material para los futuros rivales.
Luis López y Fabricio Pedrozo tuvieron las más claras del conjunto de Villa Crespo. Otra vez el Ánimal falló una clarita en rodeo ajeno. La anterior, inentendible como las discusiones entre chinos de supermercado, fue ante el León de Río Cuarto. Y ahora un mano a mano letal, que remató al cuerpo del experimentado arquero Taborda, que recibió ese balón como un regalo del cielo. Es hora que el gran López, marque esos goles que son fundamentales como lavarse las manos con agua y jabón. La otra jugada vip del encuentro, tiene menos defensa que el gobierno de Macri. Como se pide en estos tiempos de Coronavirus, Pedrozo estaba a dos metros de distancia del resto, quedó en un solos y solas con el golero rival, en la última jugada del match. Aún no entendemos porque no disparó a la portería. Tardó una vida y cuando se decidió, el zaguero rival, Diego Herner, con el último aliento se la extirpó como un cirujano hace con la bala alojada en el cuerpo. Inexplicable para un delantero de sus quilantes, que ofició de ONG y no quiso facturar el gol de la victoria.
Para el próximo cotejo, el lunes 23 -si es que sigue el show o se frena la función por el famoso virus que anda por el aire- Atlanta recibe en el Gran León a Alvarado. El elenco marplatense que deseaba no volver nunca más a pispear la calculadora científica, querrá salir ileso del encuentro ante el Bohemio. Que de local necesita la victoria como Don Quijote a Sancho Panza; como Romeo a Julieta y como el Gordo al Flaco. Por eso el “Punto Madryn”, como dice la canción de Azúcar Moreno, solo se vive una vez.
08/03/2020 “El Torito” Oyola
Siempre me decía mi abuela con su gastado tono de voz: lo que cuesta se valora mucho más. Y Atlanta atrapó una victoria de ese calibre. Con ese sentimiento inexplicable que arrojan los triunfos ajustados como un pantalón chupin. Porque por la vigésima jornada de la Primera Nacional, El Bohemio parió los 3 puntos ante Nueva Chicago, imponiéndose en el resultado mucho más que en el desarrollo del partido. Fue un transpirado 2 a 0 con goles de Mazzanti y Oyola, quienes se anotaron en las redes sociales del arco vecino recién en los últimos 15 minutos del encuentro. Con esta victoria la alegría salió de paseo por las calles de la República de Villa Crespo.
La nueva versión del equipo, bajo la batuta de Lisa, tiene diferencias con el de Orfila. No se trata de un juego de comparaciones, ya sabemos que son odiosas y conducen como un borracho al volante, pero si hay mátices distintos, vale describirlos. Repasemos: se ganó posesión, se perdió verticalidad. Hay más dependecia de lo individual que de lo colectivo. Mermó la contundencia. Y caducó el nivel premium de los mediocampistas. Se nota en partidos como los de hoy, cuando reina la imprecisión. En tiempos en que los defensores deben ser pulcros con el trato del balón, este elenco de Lisa acude seguido a ese método, que si es reiterativo y no todos sus miembros son aristocráticos con el esférico, se puede convertir en algo peligroso.
Atlanta jugó (mal) el primer tiempo. Estuvo errático con la pelota y sin sorpresa en ataque como un huevo de pascua en oferta. Frente a un rival que planchó permanentemente el juego, soprende que la cantidad y la calidad de los ataques fueran para el Torito de Matadero. Previtali, de grandes recursos humanos con la redonda, debe saber en que momento es el adecuado para soltar el balón. Su habitación en el campo de juego lo obliga a tener precisión de relojero. Hay veces que te da la hora de Colombia o la de Japón, cuando el equipo precisa la de Argentina.
El partido pintaba al óleo para un preocuopante 0 a 0. El conjunto de Lisa no encontraba los caminos para inquietar al arquero rival, hasta que todo se desmanteló por completo con el consumo de la tarjeta. Esta no fue la traicionera de crédito, sino la prepotente roja. Lo que provocaría que el dueño de casa termine con saldo positivo. A veinte minutos del final, en la visita fue expulsado Facundo Mater, por agredir con Violencia Rivas al “Ánimal” López. Por esa decisión del referí se armó al unísono el clásico cachengue entre la mayoría de los futbolistas. Ahí vieron la roja directa Previtali en Atlanta y Arnaldo González en Chicago. El jugador del Torito se fue del campo de juego haciendo gestos antisemitas al público Bohemio. Una acción repudiada por toda la familia del fútbol. La AFA, INADI, DAIA y su club deberán tomar cartas en el asunto, por más que en el vestuario grabó un videíto casero pidiendo disculpas. Su comportamiento es tan feo como cuando en las tribunas se grita “Negro de mierda”. Son expresiones que se tienen que erradicar, de lo contrario nadie esta libre para tirar la primera piedra.
Ante el mapa de calor que marcaba jugar 10 contra 9, Fabián Lisa mandó a la cancha al “Pony” Oyola, que con la llegada del nuevo mister, había perdido terreno. Con Orfila era parte de la tripulación de suplentes, con el ex DT de San Telmo, ni siquiera firmaba planilla. Por pedido del futbolista, para tener minutos en el lomo, jugó en la reserva. Su ingreso fue tan determinante como el Che Guevara en la revolución cubana.
A 15 minutos del final orquestó la jugada que abrió el camino del triunfo. La Arrancó Mazzanti, la continuó Ochoa Giménez, para que la profundice Oyola, quien le devolvió dentro del área la bola al de doble apellido para que remate a potería. El arquero dio un inexorable rebote para que con el arco huérfano de defensa civil defina Mazzanti. Ese gol porovocó el éxtasis en las gradas del gran León. Fiesta pagana en el estadio. Delirio de las masas que acuden siempre al manicomio de Villa Crespo.
A un minuto del final llegó el desahogo del público local, esa confirmación que la victoria duerme en casa. Un contragolpe mortal kombat. Ochoa Giménez lo encabezó y teniendo de huelga al egoísmo, se la cedió al “Pony”, para concretar el definitivo y muy festejado segundo gol del encuentro. “El Torito” Oyola se hizo fuerte en rodeo propio y llevó al rebaño Bohemio a cosechar un resultado que maquilló una actuación de bajas calorías.
Con esta victoria, Atlanta se trepa a lo más alto de su zona, con 37 puntos, uno más que Estudiantes de Río Cuarto. Que este lunes por la noche va a la estación de Caballito para medirse ante Ferro. Ojalá que no tenga saldo en la SUBE para tomarse el tren. De todas maneras, al team de Lisa le resta un partido, el encuentro pendiente (solo se jugaron 5 minutos) ante “La Lepra” mendocina, que aún no tiene fecha de reestreno.
El próximo del Bohemio será el domingo venidero a las 17hs en Puerto Madryn ante Guillermo Brown. Para ese duelo, autorizaron por primera vez al público de Atlanta a poder ir de visitante. Los costos de los pasajes y la geografía de donde se juega, complican el arribo de los hinchas. Pero siempre me decía mi abuela, con su gastado tono de voz, que por nada del mundo abandone al Bohemio.
01/03/2020 Atlanta se dio un palo (o tres) en Río Cuarto
Mastico bronca, todavía no lo creo, me pellizco y todo es real. Pasó de verdad, no fue un invento de los medios, es posta. Me siento que fui al casino a desafíar a la suerte. Y como siempre sucede, la diosa fortuna te da la espalda. Debimos haberlo empatado, o mejor dicho ganado. Se jugó como Dios manda (aunque creo que el Barba no tiene nada que ver en estos menesteres) Pero el fútbol es tan traincionero como el amor. Tan cerca estuvimos de besar al gol, que siempre nos corrió la cara, dejándonos con las ganas. Y en Río Cuarto, Atlanta en un partido bisagra, perdió 1 a 0 ante Estudiantes de esa ciudad, un resultado falso como moneda de 30 centavos. Pero en este deporte los merecimientos tienen el mismo valor que el cero a la izquierda.
Por la jornada 19 de la Primera Nacional, en un encuentro que acaparaba la atención de toda la categoría, se medían el puntero y el escolta de la zona A. El partido no defraudo a nadie, no fue un político en plena campaña. Todo lo contrario. Ya que tuvimos un cotejo vibrante, emocionante y alarmante. A los 19 minutos del primer tiempo se dio la única alegría de la noche. Ferreira anotó el tanto de la victoria. Con una media vuelta letal colonizó el gol. Un mal despeje de Previtali, que no empaña para nada su gran actuación, la mejor de la temporada, descompagino a la defensa de Atlanta, que se asusta hasta con un chasqueboom. Hubo una lenta reacción de Alán Pérez y un movimiento de ballet del “9” del León de Río Cuarto para configurar el tanto de la victoria.
El Bohemio nunca se apichonó, no se bajoneó con el gol rival y siguió dominando el juego. Le faltó una pizca de cierta claridad en los últimos metros. Mazzanti el más ducho en esa materia, lo esperaron hasta último momento, ya que tuvo un golpe de calor. Pero el que también lo esperó hasta último momento fue su marcador, que le dio menos libertad que la cárcel a los rugbier asesinos. Así y todo Atlanta generó lo suficiente para al menos firmar tablas.
A lo largo y ancho del partido el elenco de Fabián Lisa tuvo 3 tiros en los palos. La más forzada de todas fue la primera, en el amanecer del cotejo, cuando Alán Pérez despachó un centro que terminó siendo traicionero y reventó el travesaño de la portería local. La más notoria fue la segunda, también en el primer acto, que necesita traductor para entender como no fue gol. Un pase 5 estrellas de Mazzanti, de esas pocas veces que no tuvo custodia personal, para dejarlo de frente manteca al arco al Ánimal López, pero su tiro de gracia encontró el poste izquierdo. Tengo miedo de dormir y soñar con esa jugada mil veces, de diván puede terminar siendo esa acción que tuvo López. El tercer palo fue en el segundo tiempo. Pedrozo fue el protagonista, quien ingresó con el Don balón dominado al área rival, y al momento de la definición, como no podía ser de otra manera, con el salero que se tenía, disparó al poste derecho. Por eso, Atlanta se dio un palo (o tres) en Río Cuarto.
Todo el segundo tiempo fue del conjunto visitante, ante un rival que bancó los trapos e hizo un culto del aguante. Como si habría estado hace poco en China, parecía que estaba en cuarentena, aislado de todos y muy cerca del refugio de su guardameta Peralta. La idea, era salir disparado como un cohete de contragolpe, pero ese plan solo le salió una vez. Cuando se escapó como un rayo su goleador Ferreira, tardó en la definición y Tecilla le tiró toda su carrocería encima. Era penal, ignorado por Baliño, que tampoco le dio otros dos al Bohemio. Un referí de Primera, que dirigió tan mal como si fuera su bautismo en el referato argentino.
Todavía la rabia por una derrota injusta sigue latiendo en los corazones bohemios. Se busca las explicaciones del caso para entender un resultado negativo, que es lo único oscuro de una noche positiva. Se jugó de igual a igual ante uno de los candidatos al ascenso, que se reforzó con Ortigoza para logar llegar al camino a la meca. Fue superior en todo el partido. Los pibes del club dieron la talla, Previtali la figura y Ochoa Giménez condujo con criterio los ataques. Faltó mayor desequilibrio en los metros de sentencia, ante un rival que se escondió. La defensa sigue siendo una moneda al aire, sobre todo cuando te llegan poco y pagas una renta cara por tus errores en la última línea. Es cierto, que se reforzó el banco de suplente y no el equipo titular y esa decisión (tan repetida en la mayoría de los intervalos de cada torneo) Puede ser un pecado capital. De todas meneras, jugando así el éxito esta a la vuelta de la esquina. Si bien en la tablita de posiciones estamos terceros, no hay que preocuparse, tenemos un partido menos, que de ganarlo saltas al primer lugar, ese que nos arrebataron increíblemente en Río Cuarto, ya que el rival nos ahogó en la propia orilla.
22/02/2020 Ánimal nocturno
No se preocupe, no gastaré saliva (ni palabras) en referirme aquel disco de principios de los noventa de Ricardo Arjona. Solo es una mera coincidencia. Es que una noche volvió el Ánimal al gol, para regalarle felicidad a un pueblo, que vivió una velada muy especial de carnaval. Por la la fecha 18 de la Primera Nacional, la comparsa de Villa Crespo venció al corso de Caballito 2 a 1, en un bravo duelo porteño. Con este triunfo la murga bohemia se sube a lo más alto de la carroza del campeonato.
Cuando baje la espuma de la alegría por un triunfo valioso, habrá que analizar un partido, que como una serie de netflix, tuvo dos temporadas. La del primer tiempo, excelente. La segunda parte no colmó las espectativas. Se jugaron muy buenos 45 minutos iniciales. Presión de los tres delanteros, potencia de bafle arriba, contundencia, presencia de los mediocampistas en campo enemigo, escapadas de los laterales a la costa de enfrente, y permanente salida desde abajo en el fondo (que más de una vez provocó algún insulto desde la platea) Pero en el segundo tiempo, todo fue distinto. Encima Ferro se quedó con 10 y esa expulsión le hizo peor a Atlanta, que al propio elenco de Caballito.
Desde los 4 minutos El Bohemio ya comandaba el resultado. Un claro penal del golero de Ferro abrió el camino del éxito. Luis López besó la pelota como una madre a un hijo antes de que entre al colegio. Y ahí el Áninal cambió por gol ese tiro desde los 11 metros. Era la primera alegría de la noche. Atlanta fue protagonista. Se le plantó a un rival que venía en levantada (4 triunfos al hilo)
Antes de los 20 ya pasó por ventanilla y facturó el segundo. Nuevamente él, el que tiene el mejor apodo, ese que los chicos lo quieren como si fuera un luchador de Titanes en el ring. Es el ancho López, que una noche volvió a marcar tendencia en las redes sociales de la Primera Nacional. Pase profundo de Ochoa desde su propio campo, y ahí entre el lateral derecho y el marcador central estaba el Ánimal, para ganarle a los dos como un guapo del lejano Oeste y clavar el segundo grito sagrado de una velada inolvidable.
Le costó el segundo tiempo al elenco de Fabián Lisa. Colgó pocas jugadas de gol a la nube del partido. Perdió presión arriba, Ferro como una locomotora fue para adelante. Nacieron imprecisiones en el pack de mediocampistas. El talón de aquiles de este equipo, la defensa, profundizó su papel de caridad y siguió siendo generoso con el rival. El gol de Oeste fue una prueba irrefutable. Hernán Grana le ganó la espalda a Axel Ochoa, para que con total facilidad se meta en la hoguera de Atlanta sin que nadie le pida ni el carnet del vídeo club. Y a la hora de la definición, filtró el balón en el palo descuidado de Rago, para anotar un descuento vital y móvil cuando al encuentro le quedaban 13 minutos. Que se sufieron como un parto por cesárea. Es que el conjunto local terminó pariendo la victoria. Ánimal, gritó la partera.
Con este triunfazo y con un partido menos (aquel con la Lepra mendocina, el de los delincuentes de tablón que se vistieron de hinchas de Independiente Rivadavia) Atlanta llegó a lo más alto de su zona. Reúne 34 puntos, uno más que Estudiantes de Río Cuarto, próximo rival en la provincia del fernet y el cuartetazo. Será también de noche, el domingo venidero a las 21.10hs. Ojalá que sea con público visitante, aunque eso ya parece una misión imposible. Me conformó que sea con otra gran actuación del Ánimal nocturno. Y que sigamos soñando despiertos, porque este momento, repasando los últimos 30 años, nos regala una enorme felicidad, tan exclusiva y especial que solo podrá entenderlo un hincha genuino de Atlanta.
15/02/2020 Le ganó 1 a Secco a Mitre
En la calurosa provincia de Santiago del Estero, El Bohemio gambetea a la siesta y se trae un triunfo pesado de la tierra de Peteco Carabajal. Con gol de Pedrozo antes del primer minuto del segundo tiempo, un intermitente Atlanta vence 1 a 0 a Mitre.
Nadie prodrá sacar chapa de que se jugó bien, pero ganar en rodeo ajeno, en el estreno (en 90 minutos) de Lisa como DT de Atlanta, genera alegría. Además, se cortó una sequía de 5 encuentros sin cosechar la victoria. Después de 13 partidos se blindó el arco propio y nos trepamos a lo más alto del techo de nuestra zona en la Primera Nacional. De esos triunfos para tocar el bombo legüero, ese que suena en todo Santiago y que es tan poderoso que se escucha como a 5 kilometros de distancia.
En el frío y riguroso (?) análisis del cotejo, Atlanta no jugó bien. Nunca estuvo cómodo, jamás agarró la batuta del partido y en el primer tiempo se sintió estafado por el rival. Esperó un típico equipo de De La Riva, duro como un roble, y en modo turista en ataque. Pero presionó tan alto que Yao Ming parecía un enano. Le faltó claridad en los últimos metros, pero en esos 45 minutos iniciales, la idea del DT local se plasmó más nítida que la de Lisa. Hasta tuvo un penal, que Rago desvió magistralmente. Hay héroes de carne y hueso que no usan capas sino guantes, y ese es el golero Bohemio, San Francisco, que como la antigüa cárcel de Alcatraz, te brinda máxima seguridad. Además, forzosadamente se aplicó la ley del ex, ya que el guardameta del elenco de Villa Crespo jugó en Mitre (también lo hizo en los otros 2 equipos santiagueños, Central Córdoba y Güemes, aunque haya nacido en La Feliz)
La clave de sol del encuentro estuvo en el gol de Atlanta. Ya que a los 45 segundos de iniciado el segundo tiempo, el conjunto porteño abrió la cuenta, para que nunca más nadie se atreva a reabrirla, como sucede con tantas causas cajoneadas en la justicia Argentina. Pase con ojo clínico de Mazzanti en posición de 10, para que entre los centrales aparezca como un fantasma en el metrobus del área rival Fabricio Pedrozo, que no es el escamoso, pero como un atrevido mocoso definió luego de despatarrar al portero de Mitre.
El conjunto santiagueño, que parece que decidió homenajear a Crucero del Norte, usando casi una réplica de la camiseta del elenco misionero, se adelantó aún más en el campo, estancó al equipo arriba con 4 delanteros y minó de centros el área de Atlanta, que aunque cambie de orientador táctico, los problemas de fondo siguen intactos. Cada balón que viene con tembleque en el juego aéreo, se putea en hebreo o en arameo. Si la mala alimentación te quita años de vida, ver la defensa de Atlanta también te saca tiempo de este lado del plano. Se sufre como un reto de la Vieja cada envío por arriba.
Atlanta nunca controló el partido. Sobre todo en el primer tiempo se llegó tarde a cada rebote, y ante un rival que jugó a la segunda pelota, esa falta de atención se paga caro como un café en aeroparque. En la adultez del complemento se pudo liquidar el cotejo, pero “El Ánimal” López falló en las únicas dos que tuvo. Fueron seguiditas. Sigue con el arco del triunfo cerrado por obras de mantenimiento el “9” Bohemio. La primera, se la cedió Mazzanti, luego de su clásica escalada por la banda ancha derecha, pero el centrodelantero definió mal. En la otra ni la tocó. Jugadón de Ochoa Giménez, de buen segundo tiempo, que soltó la redonda buscándolo al Ánimal, pero López ni soplarlo pudo. Por eso, se siguió sufriendo. La espera por el pitazo final del árbitro Córdoba se hizo larga como una novela brasileña. El desahogo de la victoria permitió festejos hasta altas horas de la noche, en Santiago querido.
Atlanta terminó bancando los trapos, en modo resistencia, lo aguantó a Mitre. Los partículares cambios de Lisa tienen baja protesta, porque el resultado se atrapó, de lo contrario, las redes sociales explotarían de bronca por las variantes, en especial por una. Presedo, que volvió a jugar luego de su lesión en la primera fecha, ingresó por Valdez Chamorro (lógico como que las Malvinas son argentinas) Luego, Talpone por un cansado Ochoa Giménez (en tiempos de Orfila era fija la entrada de Trinidad) Pero el más antipático de los cambios fue el ingreso del lateral izquierdo Fernández por “El Ánimal” López. Tan peligroso como visitar a tu novia sin un regalo en el día de San Valentín. Decí, que Mitre no fue cupido para flechar peligro en el área de Rago.
Sufrida e importantísima victoria de Atlanta, que le ganó 1 a Secco a Mitre en la provincia de Leo Dan. Por eso, estos 3 puntos se festejan al ritmo de Pídeme la Luna. Sigamos de juerga hasta que el próximo sábado, por la fecha 18, se reciba en el Gran León a un entonado Ferro. Un clásico porteño, con Griguol de ambos lados del mostrador y esperando un triunfo que continúe alimentando este sueño que ya supera las 3 décadas y medía de espera….
BALANCE PRIMERA RUEDA
Partidos jugados: 15
Victorias: 8
Derrotas: 3
Empates: 4
Posición: 1ro
Clasificado a la final por el primer ascenso y a la Copa Argentina 2020
4 de enero Springfield se muda a Villa Crespo
¡Por fin, Atlanta tiene DT! Desde el 21 de diciembre del año pasado (suena raro escribir año pasado en referencia a 2019) Con la inesperada salida de Orfila a Defensor Sporting, El Bohemio estaba sin entrenador. El primer apuntado terminó llegando, pero fueron tantos los nombres que se tiraron arriba de la mesa, que había que contratar un detective privado para descubir al nuevo DT. Sin convocar a Sherlock Holmes, este sábado al mediodía Atlanta confirmó como el sucesor del Chano, a Fabián Lisa.
Lisa estaba trabajando, ya que era el míster de San Telmo, pero luego de largas negociaciones con el Candombero, pudo firmar la rescisión del contrato y así arreglar con Atlanta (anoche, el conjunto de la Isla confirmó a Pablo Frontini como el reemplazo) El nuevo entrenador bohemio ya tuvo un paso por el club de Villa Crespo, en su etapa de futbolista, en la que se desempeñaba como delantero, jugando en la temporada 2001/2002. Debutó en el Oeste contra Morón en el triunfo 3 a 2 ante el Gallito convirtiendo el gol de la victoria. En total disputó 22 partidos (9 de titular y 13 siendo moneda de cambio) También entonó otro grito sagrado frente a Cambaceres en el Gran León, igualando 2 a 2 gracias a su gol.
Su mayor rendimiento como futbolista lo tuvo en la Isla Maciel, con la casaca del club que hasta ayer dirigía, en San Telmo. Jugó 53 partidos entre 1997 a 1999 anotando 20 goles. Siempre se desempeñó en el fútbol de ascenso. Debutó en Argentinos de Quilmes en 1991, pasó por Sarmiento, Berazategui, Dock Sud, San Miguel, Lamadrid y se retiró en 2004 en Almirante Brown de Arecifes. Fueron 161 partidos convirtiendo 53 pepas. Como entrenador, además de estar en San Telmo, dirigió a Defensores de Cambaceres y a Fénix. Su mayor virtud, según los dichos de sus dirigidos, es potenciar a los jugadores, ojalá que eso no se corte en el Bohemio.
El quilmeño de 50 años, Fabián Lisa, fue el primer candidato para reemplazar a Orfila (Ya su nombre estuvo en la órbita para la temporada pasada en la B Metro, pero la balanza se inclinó por el ídolo de Pepe Castro) Pero la partida del Chano, como es lógico, agarró a los dirigentes de Atlanta con los pantalones en la mano, por eso hubo un abánico de negociaciones. Surgieron los apellidos de Giganti, que tiene nombre de luchador de catch, pero por problemas personales no pudo darle el si al Bohemio. Otro de los apuntados fue el DT de la reserva de Racing, con pasado como jugador en el conjunto de Villa Crespo, Mauro Gerk, pero la Academia puso el grito en el cielo. También aportó sus clientes, perdón sus representados, el empresario de moda, Cristián Bragarnik (que ya llevó a Atlanta al propio Orfila, Carlos Mayor y Sergio Rondina) Poniendo en la mesa examinadora al “Yagui” Forestello y Diego Cagna, quienes bajaron sus pretenciones económicas, ya que sus últimos antecedentes deportivos no eran los mejores. Pero como un boomerang, todo regresó al punto de partida.
20 de diciembre Se fue Orfila
De Carlos Gardel a Alejandro Orfila, Uruguay y Argentina siempre se disputaron a los mejores
No pude pegar un ojo en toda la noche del jueves. Esa maldita costumbre que uno tiene antes de irse a dormir de relojear en el celular las últimas noticias, fue el causante del insomnio. Todo el arco informativo rondaba la sesión en el Congreso por la emergencia alimentaria. Nada que preocupara la psiquis de un ser humano. Hasta que mis ojos se toparon con la peor noticia. A Alejandro Orfila le llegó una oferta del fútbol uruguayo. Hasta ahí pintaba un burocrático rumor. De esos que abundan en cantidad como los mosquitos en verano. Pero la “primicia” no terminaba ahí. Se completaba la información con letras en tinta de tristeza de la siguiente manera: Esta analizando con su cuerpo técnico la propuesta. Se me cayó al piso el té que estaba tomando. Un frío tétrico, de película de terror, invadió mi cuerpo y ya nada fue lo mismo.
Después de enterarme de tamaña bomba molotov, que explotó en Villa Crespo y en todo mi interior, no pude apolillar. Utilicé el recurso ya vintage de contar ovejitas, pero no funcionó. Intenté con el infalible somnífero que provocaban los partidos del Atlanta del “Carancho” Agüero y en la tele me miré un par de encuentros como si fuera una serie de Netflix, pero tampoco dio sus frutos. Ya con las ojeras emulando a las orejas de Dumbo me refugié en los sermones de los pastores que se adueñaron de las madrugadas mediáticas, pero ni siquiera los que te chamuyan en brasileño dieron resultados. En todo momento El Chano Orfila desfilaba por mi mente. Ni cuando me dejó mi primera novia me sentí así, tal vez porque sabía que no iba hacer la única que me lo hiciera, fueron varias, la lista es larga como Musulmán sacando a pasear a sus mujeres.
Al otro día, se confirmó la noticia. Orfila le dio el sí a Defensor Sporting, el club uruguayo que vino en modo de tercero en discordia a llevarse a su coterráneo. Vale aclarar, que El Chano no tiene tanta historia del otro lado del charco. Debutó en Miramar Misiones en 1998 (se formó en Defensor Sporting) Y luego pasó a Cerrito (no es la avenida espejo de Carlos Pellegrini) Pero ya a finales del 99 se vino a la Argentina y nunca más la abandonó. Jugó en el fútbol de ascenso. En Tigre, Almirante Brown, Temperley, Villa San Carlos, Italiano, Morón, Barracas Central, Colegiales, Sacachispas, Talleres de Escalada, San Telmo, Tristán Suárez y se retiró en San Miguel en 2015. Fue el Abreu de los mediocampistas.
2 dic Derrota en su tinta
Ya cancelé en mi pescadería amiga un Calamar que había encargado para fin de año. No me jodan con ese molusco, mal imitador del pulpo. Quién se cree que es, de donde salió, qué chapa tiene para ser servido en la mesa, para ser el centro de atención de una comilona. Si cada vez que te morfás un pescadito, al toque te agarra hambre. ¿A quién le ganó ese bicho de mar? Si ya sé, venció a Atlanta en la última jornada del año de la Primera Nacional. Aún masticó bronca, porque en Vicente López, por la fecha 15 del torneo que le cubre las espaldas a la Superliga, el equipo del Chano perdió 2 a 1 ante Platense, por virtudes de ellos y por muchos errores nuestros.
Ya son 5 los partidos en el que el Bohemio no conoce la victoria. La última data de octubre, el 28, cuando se le ganó 2 a 1 a Estudiantes en Caseros. No quiero ser cortamambo, pero desde que se inauguró el microestadio ese, “El Movicon Arena”, el equipo de Orfila no volvió a sumar de a 3. Fueron 2 encuentros perdidos (Morón y Platense) y 3 empates (Agropecuario, Barracas y Temperley) Más allá del nuevo niño mimado del barrio, Atlanta bajó su rendimiento, ya no es el mismo. Aquella presión alta que asfixiaba a los rivales como pasajero en colectivo lleno, ya no sucede. Perdió juego en el medio, si el que esta enfrente le hace frente en ese sector del campo, Atlanta la va a pasar mal. Los volantes adversarios cuando meten en la mitad de cancha ofician de cautelar de la justicia, son una cédula del derecho y limitan a los nuestros. Además, el conjunto de Orfila ya no tiene la eficacia en los metros finales. Desde los tiempos del Homo sapiens que a este equipo le generan barullo en defensa. Arrojás un chasqueboom en nuestro área y se prende fuego, tenes que llamar al cuartel de bomberos para apagar tantos errores defensivos. Errores que antes los maquillaban nuestros delanteros, con su artillería pesada hacían olvidar las fallas de origen de la última línea. Ahora que ya los goles no se caen de los bolsillos como antes, esos desacoples en el ministerio de defensa son nuestro talón de aquiles, por eso ante el Calamar fue una derrota en su tinta.
Frente a Platense se vio la peor versión del Animal, con otro López, tal vez el resultado era diferente. Porque después de un mal primer tiempo, el equipo en el complemento por la coyuntura del resultado, se adelantó en la cancha como los chinos con la tecnología. Y cada intervención de Lucho López desafinó más que Maurcio Macri imitando a Freddie Mercury. Es preocupante el nivel que mostró el Animal de presidente que tuvimos. De todas maneras, y más allá de coquetear con el empate, el conjunto de Villa Crespo volvió a jugar mal, tuvo chispazos de buenas intenciones y demasiados cortocircuitos en su zona defensiva, que no son propiedad exclusiva de los 4 del fondo, que tuvieron el estreno de Alán Pérez y Caro Torres como pareja de centrales. También las dificultades están en el medio. Las bandas quedan desprotegidas, Previtali cuando lo aprietan canta todo como músico a la gorra. Hace tiempo que Pedrozo no se pone el “overol” para colaborar con los volantes y tampoco la chaqueta para rendir en el ataque. En cualquier momento en el programa de TV “Quién quiere ser millonario” preguntarán cuál fue el último gran partido de Fabricio, habrá que hacer mucha memoria para dar la respuesta correcta.
Se perdió ante Platense y obvio que molesta. Ahora hay una banda de equipos en la cima, son tantos que hasta la selección de San Marino se prende. Además de nosotros, esta el Calamar, el Estudiantes del cuarteto, y probablemente Temperley (juega a la noche con Ferro) Todos compartimos el liderazgo de la zona, con 28 puntos. Eso sí, el que tiene mejor diferencia de gol es el Bohemio, al cabo de una primera ronda que si te la contaban antes del arranque, no la creías ni a gancho. Fue un año inolvidable para Atlanta. Nos escapamos de la Primera B Metropolitana, esa categoría que te saca canas. Le ganamos los dos clásicos barriales a All Boys. Nos clasificamos a la Copa Argentina 2020 y estamos punteros en la Primera Nacional.
Esta columna como el equipo de Atlanta se toma vacaciones, volverá a fin de enero, cuando el conjunto de Orfila se presente en Mendoza para jugar contra Independiente Rivadavia. Por ahí aparezco antes, contándoles los refuerzos del Bohemio, ya que 3 incorporaciones se pueden hacer, habrá que tener ojo de relojero para las incorporaciones. Estamos frente a los cables de una bomba, depende cual cortemos podemos hacer explotar todo, ojalá que en el 2020 hagamos volar todo pero de alegría.
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