1 – Deportivo Morón 1
Parecía que era un juego muy fácil de ganar, pero lo terminó desperdiciando Atlanta. El gol le jugó a las escondidas, los errores defensivos lo mandaron al rincón y aunque muchas veces pisó la rayuela de su rival, nunca pudo imponerse en la mancha venenosa. Después de sacar la ventaja en el segundo tiempo se tomó un recreo en el partido, se lo igualó el Gallo de Morón y como cuando éramos pibes podíamos jugar hasta la noche que el tanto de la victoria no llegaría. En tiempos de Playstation, El Bohemio se quedó con la definición de un juego de Atari y así en el campeonato sigue sin poder subir de nivel.
Por la fecha 10 del ancho torneo de la Primera Nacional un Atlanta envalentonado por sus dos victorias en fila enfrentaba en el Gran León al Morón de Orfila. Con algunos aplausos fue recibido el DT que ascendió en 2019 al Bohemio a la segunda división del fútbol argentino. También, es el entrenador que a fin de ese año decidió irse del elenco de Villa Crespo para dirigir a su querido Defensor Sporting. Pero por sobre todas las cosas es el mismo míster que hizo jugar al fútbol a Atlanta como no venía pasando en los últimos años. Le cambió la mentalidad a los jugadores e hizo ilusionar a los hinchas como nunca con la vuelta a Primera. Salvo su ciclo en Comunicaciones, en ninguno de los equipos que dirigió le fue tan bien como en el Bohemio. Después de más de dos años y medio de esa retirada cruzando el charco, llegó el día en el que volvió el Chano al reducto donde los simpatizantes de Atlanta y ese hombre fueron felices.
Erviti diseñó un solo retoque sobre el equipo que le ganó con autoridad 2 a 0 a Temperley, la vuelta de Evelio Cardozo por Gonzalo Berterame. El desfachatado atacante surgido de Racing se recuperó de una lesión muscular, aunque en el partido su inactividad le pasó factura. Casi nunca superó a su marcador y tampoco se pudo unir a la sociedad de los poetas muertos para armar juego. Es cierto que por momentos se sacrificó por la causa y se hamacó por toda la banda, pero no supo aprovechar su carpe diem en el encuentro, esperemos que con el correr de los partidos recupere su nivel para el bienestar de Atlanta.En definitiva, así salió el dueño de casa para jugar ante Morón: Rago en el arco. Molina, Pérez, Colombo y Perinciolo se aglomeraron atrás. Galeano, González y Fernández se pararon en el triángulo del mediocampo. En el Ataque 77 sonaron Marcioni, Klusener y el recontra mencionado Evelio Cardozo.
El primer tiempo fue una fotocopia a color del cotejo ante El Gasolero, sólo faltó un detalle para que sea una copia fiel al original: la definición. Antes de los dos minutos ya El Bohemio había coronado el área rival con un pase 5 estrellas de Galeano a la espalda del lateral zurdo del Gallito. Allí Marcioni tomó la posta y se la puso en el pie a Klusener para que abajo del arco pase por ventanilla y facture. Increíblemente el 9 falló. Cuando la cajera esperaba el papeleo del delantero, el centro atacante la tiró afuera. No hay palabra en el mataburros que explique lo que erró, habrá que inventar alguna nueva para entender cómo no fue gol.
También, El Bohemio tuvo otra nítida jugada para abrir el marcador pero Molina en el área rival la desechó. Giró como un delantero de alma, esa media vuelta tenía olor a beso con la red, pero su tiro de gracia besó la lona, se fue al lado del palo izquierdo de una portería que ya estaba vencida. Es cierto que Morón contó con un paquete de datos que casi conectan con el gol. Rago le tapó un remate potente al 9 oponente (Levato) y evitó alguna que otra escapada de los atacantes rivales, que aprovecharon que la defensa bohemia jugaba al Gallito ciego. Si hasta alguno de los integrantes de la última línea marcaban como si tuvieran los ojos vendados. Morón con poco inquieto mucho a Atlanta en ese primer tiempo, que igual el elenco de Erviti fue superior, como en Turdera la jornada pasada, solo que esta vez no hubo quórum con el gol y en el Congreso de Villa Crespo se fueron al cuarto intermedio 0 a 0.
Para el segundo tiempo Atlanta siguió con los mismos nombres propios que disputaron la primera mitad. Sin ánimo de spoilear, los cambios polémicos (?) llegaron promediando el complemento. A los 6 minutos de la etapa final se abrió el marcador, delirio en el Gran León. En una jugada que en la periferia del área rival la tocaron casi todos los volantes y delanteros bohemios, apareció para ponerle el cascabel al Gallo Matías Molina, que no tuvo su mejor partido en defensa, pero que se anotó en las redes sociales para marcar tendencia en la zona de Villa Crespo. Encima, tuvo un par de jugadas más el conjunto de Erviti para ampliar la ventaja. Esa sana costumbre que venía mostrando en los últimos partidos de conquistar el primer gol y al toque anotar el segundo. Pero faltó un Pequeño Larousse para tener mejor definición.
Con los cambios, fueron tres de un tirón, Morón lo fue llevando a Atlanta más cerca de Rago, volviendo a mostrar las carencias defensivas del equipo. Como ya mencionamos, Molina no tuvo un buen partido, en su currículum vitae no figurará ni a palos este juego. Cuando entró en la visita Fernando Bersano en la extrema izquierda lo volvió loco al lateral derecho. De un centro del renombrado atacante del Gallito llegó el gol del empate. El envío encontró la cabecita de oro de Mateo Levato que estampó la igualdad a los 17 minutos del segundo tiempo.
Atlanta luego de sentir el impacto de ese tanto se reacomodo en el campo. Al ritmo de Ramón Fernández, con los escapes perfectos de Julián Marcioni y con un juego más directo, sin tanto toque de queda, El Bohemio parecía que se acercaba al gol de la victoria. Pero la falta de high definition en sus ataques fue tan notoria como la inflación en el país. Para colmo Erviti le puso un cepo al juego con algunos cambios. Quitó a Marcioni que era figura para que entre Pedrozo. Insólito. Sacó a Cardozo, que ya había comprado varios números de la rifa para dejar el equipo, por Gonzalo Berterame.
Lo más exótico de todo, lo que amerita que el psicólogo de Don Walter trate este tema en su próxima sesión, es que Juan Bizans sea la tercera modificación. No hay explicación moral que pueda encajar. En los anteriores encuentros el mellizo cada vez que fue moneda de cambio le dio otra cara a la ofensiva bohemia. Ya ante Temperley quedó congelado en el banco, ahora ingresó en los últimos 10 minutos del partido. Y otra vez fue pulsante por la banda ancha derecha en el puñado de tiempo que lo dejaron jugar. De sus intervenciones electrizantes salieron las maniobras que pudieron darle la victoria a Atlanta, que lo perdió en las áreas. En la propia por defender como la mona y en la ajena por definir como la momia. Y si de jugadas de gol desperdiciadas hablamos, mudo nos dejó la del final de Galeano. Armó un maniobra artesanal monumental, con precisión en velocidad, pero a la hora de los bifes llegó sin fuerza, casi que le pifió al balón y se la entregó al golero rival. En definitiva, fue empate 1 a 1 ante Morón que no le sirve a ninguno de los dos.
De los más destacados en el conjunto de Villa Crespo estuvieron Julián Marcioni como abrelatas de la defensa rival. Ramón Fernández en el aporte solidario para distribuir la riqueza del juego. Maxi González tocado en su rodilla fue pulcro y criterioso en el primer pase. Y por último, ese ingreso de muestra gratis de Juan Bizans completan los As bohemios. De todos modos y con la mandíbula gastada por masticar la bronca del empate, el equipo sigue mejorando. Prefabricó ataques más genuinos, sin tanta burocracia. Eso sí, deberá pulir la defensa porque ante un rival menor sufrió como en una cesárea. El próximo parto, perdón el próximo partido por la fecha 11 será de visitante ante Deportivo Madryn. Ojalá que el elenco de Erviti tenga 11 tiburones que le hagan frente a las ballenas rivales, para que en el torneo de la Primera Nacional Atlanta pueda sentirse como un pez en el agua.
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