
Deportivo Madryn 4 – 1
Otra vez defeccionó el equipo de Erviti. Fue de visita a Puerto Madryn y ni siquiera se trajo una selfie con una ballena. Jugó el peor primer tiempo de todo el torneo, le sirvió en bandeja giratoria los goles a su rival y salió de la zona restringida para clasificar al reducido. Nuevamente el DT bohemio la pifió con el planteo, hasta un penal se falló en la adultez del partido y ni Rago se salvó de la picadora de carne. Desde Hollywood piden la cinta de este juego para candidatearla a los Oscar del próximo año como la mejor película de terror. Desde Atlanta temen que Ferro le gane la estatuilla.
Por la fecha 11 del XXL torneo de la Primera Nacional Atlanta viajó a la provincia de Chubut para medirse ante Deportivo Madryn, en un duelo inédito, de estreno, ya que nunca antes se habían enfrentado. Eso sí, el Bohemio ya había ido a dicha provincia en otras oportunidades. En esta categoría enfrentó a Guillermo Brown en dos ocaciones. Un lapidario 3 a 0 en contra en 2012. Y el último partido antes de que se suspenda el fútbol por la pandemia con un tibio 0 a 0 en el que erró un gol casi hecho Pedrozo en el epílogo del encuentro en aquel nefasto 2020. En la década del 70 Atlanta se midió en los Nacionales de esa época a Independiente de Trelew (única victoria en tierra chubutense por 4 a 0) y también jugó contra Huracán de Comodoro Rivadavia (Derrota 1 a 0) Buscamos con todas estas estadísticas evitar escribir sobre el partido ante Deportivo Madryn, pero no podemos tirar la pelota afuera, un mecanismo que podrían poner en práctica los defensores que juegan en Atlanta.
Para este cotejo Erviti perdió nombres propios por lesión. Futbolistas valiosos en una zona determinante del campo de juego. Juan Galeano y Maxi González titulares hasta la médula en la mitad de cancha eran bajas por problemas físicos. Ambos jugadores son difíciles de reemplazar, ni con una Gift Card de productos Avon podías maquillar sus ausencias. Maximiliano González es un pulpo para el equipo. Roba para la corona. Tiene un pie armónico para dar el primer pase, le queda tan bien el overol como el smoking. Encima, está corto de víveres en el puesto de volante central. Además de él, en el catálogo de medios centros está solamente Pérez Godoy (también con una lesión en el lomo) Cualquier otro apellido que se utilice ya pasa a convertirse en una improvisación, en un lugar de la cancha que necesita especialistas. Con la baja de Galeano quedó rengo el departamento creativo del equipo. Le enviaron a última hora un mail a Ramón Fernández para que se haga cargo él solo de todo ese laburo.
Ante esas ausencias tan notorias Atlanta formó de la siguiente manera: El arquero y sus 4 defensores fueron los mismo sospechosos de siempre (Rago; Molina, Pérez, Colombo y Perinciolo) En el medio estuvo la metamorfosis, que con el diario del lunes (o del sábado en horario de sexta) salió para el traste. Reapareció Dramisino en lugar de González. El venezolano Daniel Saggiomo jugó por Galeano y el que completó el tridente de volantes fue el ya mencionado Ramón Fernández. La cúpula de delanteros la formaron Marcioni, Klusener y Cardozo, que para mí con la lesión que tuvo lo clonaron y nos mandaron una versión desmejorada.
El primer tiempo de Atlanta fue horripilante, intolerable, un insulto al buen gusto. Se registró en la recta final de esa primera mitad un solo remate al arco de Don Ramón, única chance generada en 45 minutos de (no) fútbol. Antes y después de esa llegada el Bohemio fue un boxeador sin manos, un maratonista sin piernas, un nadador que le tiene miedo al agua. Se cometieron horrores defensivos, volvió el angustiante toque hacia atrás, ese que con un pase lo pones en la cornisa a tu arquero. Bochornoso juego del elenco de Erviti que después de una luna de miel en el torneo retornó a la vida cotidiana, esa que tiene más errores que aciertos.
Antes de los 4 minutos de la etapa inicial ya Deportivo Madryn pasó por la caja registradora y facturó el primer gol del match.
Leonardo Marinucci aprovechó la maqueta que había en la última línea bohemia y remató al palo izquierdo de Rago para abrir la cuenta. Logró así promulgar la ley del ex, ya que entre la temporada 2019 a 2021 estuvo en el conjunto de Villa Crespo. Ese tanto no oficio de despertador para la visita, que siguió despistado en el terreno de juego, pensando mucho más en las ballenas francas australes, en la bahía del Golfo Nuevo y en la Península Valdés. Pueden irse todos a las Orcas de su hermana. ¡La Madryn que lo parió!
Antes de que termine el primer tiempo llegó lo más apestoso del partido. Se produjo un pase atrás a Rago que salió de su área a intentar cabecear el esférico, apenas pudo puntear el balón con la testa mandando la pelota al área propia para que Nicolás Sánchez estampe el segundo gol. Ese tanto fue una radiografía de como jugó el equipo. Mal parado en la cancha, horrores defensivos, regalos al rival y una planteo equivocado. Encima te vas al descanso con dos pepas en la canasta, ni tu peor enemigo diseñaba un primer tiempo tan dañino como el protagonizado por Atlanta.
Para jugar el complemento Erviti determinó que salgan los mismos 11 jugadores que disputaron la primera mitad. No es un chiste, el DT decidió no hacer cambios, por ahí le apostó antes del doparti a Gracián o a su nuevo ayudante de campo, Carlos Matheu, que no iba a realizar ninguna modificación en el entretiempo. Sobre todo porque las dos primeras variantes no tardaron en llegar. A los 7 minutos ingresó Juan Bizans por un diminuto Evelio Cardozo. La otra modificación al unísono fue la entrada de Pedrozo por Dramisino, que arrancó de “5” pero en la locura que se convirtió el equipo de casualidad no terminó de arquero.
Antes de los 20 minutos del complemento se produjo otro cambio, osado, atípico, en búsqueda del descuento. Gonzalo Berterame entró por Franco Perinciolo, para jugar por todo el carril izquierdo. A veces era el “3” y en otras era el volante por izquierda del elenco visitante. Y al toque de haber ingresado anotó el gol. Buen remate de media distancia clavando la bola en el palo derecho del golero rival. Volvió la ilusión a Villa Crespo y sus coquetos alrededores. La imagen del equipo no atraía a la esperanza de una remontada heroica, pero ese tanto abría una pequeña rendija para llegar aunque sea al empate.
A diez minutos del final Atlanta quemó las naves a lo Alejandro Magno y mandó al campo a Matías Donato por Daniel Saggiomo. Adentro un centrodelantero y afuera un volante que jugó en el mismo partido por derecha, en el medio y en la izquierda de la mitad de cancha. Pero a diferencia del Rey de Macedonia, la batalla se perdió, no hubo posibilidad de volver a casa a través de los barcos de los enemigos como hizo Magno en la costa Fenicia, y al instante que ingresó Donato Deportivo Madryn anotó el tercer tanto. Le sacó todo el jugo a la desidia defensiva del rival y Daniel Opazo marcó el gol del Aurinegro. Ardían las naves bohemias en el noroeste de Chubut.
Otra vez la esperanza golpeó las puertas de Atlanta. A 5 minutos del final, había penal para el Bohemio. El encargado del tiro desde los 11 metros era Gonzalo Klusener, que hasta ahí había pasado inadvertido en el encuentro. Su remate se fue alto y desviado. Si esto fuera rugby se habría festejado la conversión, pero es sabido que jugamos al fútbol. Bueno, no lo tomen tan al pie de la letra eso de jugar al fútbol, es una manera de decir. Encima, Deportivo Madryn no se quedó conforme con el 3 a 1 y anotó el cuarto. Con las venas abiertas de América Latina en la última línea del visitante un histórico delantero del dueño de casa, José Antonio Michelena, configuró el resultado final. 4 a 1 a favor del equipo chubutense. Un score que saca técnico, pero como en Atlanta hay proyecto y seriedad nada de eso va a pasar.
Es casi un trabajo insalubre elegir al mejor del equipo de Erviti. En una derrota con semejante envoltorio ese reconocimiento debe quedar vacante. Podemos destacar con letras chicas el segundo tiempo de Bizans, que de todos modos no debió jugar por izquierda. La diferencia la hace por la otra banda, pero el DT de Atlanta prefirió cambiarlo de orilla. Como ya mencionamos a este plantel le falta recambio en el volante central. Con los dos jugadores lesionados esto quedó evidenciado. Arrancó en ese puesto Alejo Dramisino, ya en el primer tiempo lo reubicaron a Daniel Saggiomo en ese sector y terminó bancando los trapos en esa posición Ramón Fernández. Demasiada improvisación, pero son los riesgos que se asumen al subestimar esa función primordial de un equipo. Aunque tampoco sabemos si es algo que se hizo de forma consciente o hubo mala praxis. Como sea, este tema ante Deportivo Madryn se pagó muy caro.
La próxima fecha Atlanta recibe a un rival directo que pelea por uno de los tickets limitados al reducido por el segundo ascenso, Estudiantes de Río Cuarto. Será el próximo sábado a las 15.30 en el Gran León. Día y horario ideal para que el hincha pueda ir a la cancha. Porque si el encuentro hay que seguirlo por la señal de streaming que tiene atrapado los partidos de esta categoría sin que nadie más pueda transmitirlos, podés morir en el intento. El primer tiempo del Bohemio ante el elenco aurinegro tuvo más cortes que un salón de belleza un sábado a la tarde. Además mencionaron que en la visita jugaba Matías Fernández en lugar de Ramón; que Saggiomo era el colombiano Mosquera y se nombró a Dramisino cuando hacía un rato largo ya no estaba en la cancha. Igual nada superó a lo mal que jugó el conjunto de Erviti, que tendrá revancha en una semana, aunque a esta altura no se si eso es positivo o negativo. Con Atlanta sos Casi Feliz, el problema es que existen los partidos de fútbol.
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