20 abril, 2024

Un lugar, todas las disciplinas

Atlanta sigue sin subirse al ferrocarril

Derrota ante Ferro

Ya no hay más saldo en la SUBE. En tiempos de GPS, de miles de apps y páginas web para saber cómo viajar, el fútbol del Bohemio sigue usando la Guía T. Otro descarrilado partido de la formación de Orfila, que cada vez está más cerca de terminar en el furgón y que el guarda lo baje de prepo del tren. Ni sumando de refuerzo al “Pollo” Sobrero Atlanta estará sobre rieles en las vías de la Primera Nacional. En la estación de Caballito terminó perdiendo 1 a 0 y ese sueño de viajar a Primera anda en un monopatín al que le falta la rueda.

Una nueva derrota. La séptima en 19 fechas. Apenas 4 victorias en una campaña que no solo los DTs y jugadores deben ser señalados con el dedo. El equipo involuciona jornada a jornada. No se mejoró el plantel en el breve mercado de pases que hubo, se trajo jugadores de cortes similares y no se priorizó puestos a los que le faltaban especialistas. Ninguno tiene el cartelito de refuerzo, los tres que llegaron tienen el rótulo de incorporaciones, que en este deporte esa palabra tiende a ser más despectiva que positiva.

Por la jornada 19 de un torneo que pareciera que ya se jugaron cientos de fechas, Atlanta visitaba a un mejorado Ferro. Ya que en su foja de servicio le figuraban 4 triunfos al hilo y una buena actuación por Copa Argentina ante Boca. En la tabla de calificaciones Oeste tenía dos unidades más que el Bohemio. Por lo que se vio en el campo y sobre todo en el primer tiempo, la diferencia de puntos en algún momento daba la sensación que era mayor.

Para ir a Caballito, Orfila modificó nombres y esquema del esquelético equipo titular. La parte de atrás tuvo un retoque obligado, Rodrigo Colombo ingresó por el suspendido Alán Pérez. Pero el cambio más sustancioso fue el que mutó el sistema de juego: Gonzalo Klusener entró por Marcioni. Afuera un extremo y adentro un centro delantero. En definitiva Atlanta salió al campo de juego del Arquitecto Ricardo Etcheverri con estos 11 apellidos: Rago; Carrasco, Colombo, García, Gallo; Bisanz, González, Galeano, Dramisino; Pedrozo, Klusener. La característica telefónica fue rotando entre dos prefijos, el clásico 4-4-2 y un 4-1-3-2 cuando tenía las ínfulas de presionar más arriba.

El primer tiempo se jugó como quiso Oeste, mientras el Bohemio nunca encontró su norte. Lo que ejecutó en el campo el elenco dueño de casa es lo que quisiera Orfila que haga su Atlanta. Presión alta, equipo corto y con mucho juego asociado, rápido y aceitado. A pesar que el conjunto de Villa Crespo tuvo sus contadas situaciones de peligro, como la de Pedrozo en las alturas, fue de edición limitada lo realizado por la visita. El gol de Ferro fue una causalidad y no una casualidad en el partido. Lo anotó su “9” Enzo Díaz, que un ratito más tarde se arruinó el tobillo solito.  Esta vez Juan Bisanz fue insertado en su perfil predilecto, el derecho, pero arrancando de mediocampista, lo que le quita piernas para explotar sus mejores dotes en los últimos metros. Además, hay que tener en cuenta que sus inicios en la jugadas son superiores a sus epílogos. A pesar de algunos desperfectos de fábrica, fue el mejor de un equipo al que le sobraron los aplazados. El team del Chano es individualista como un tenista y si las raquetas de Galeano o del mellizo Bisanz no rinden, el fútbol del Bohemio termina perdiendo todos los set 6-0. 

En el segundo tiempo Atlanta mejoró un poco la imagen difusa de la primera parte. De la señal de ajuste de los 45 minutos iniciales a una transmisión en vivo y en directo, pero en blanco y negro. Ya que presionó más organizado, generó situaciones de riesgo aunque todo apadrinado por el peso de las individualidades. Para intentar llegar a la remontada épica (?) Las monedas de cambio que utilizó Orfila fueron las de un pibe de Celina cómo Lucas Ríos por el Robocop de Klusener. E Iván Gorosito, una de las 3 flamantes incorporaciones que consiguió manotear en el mercado de pases, reemplazando a un desconfigurado Juan Galeano.

En la recta final del pleito llegó el otro dueto de cambios, que en ningún caso desmanteló a la defensa, la que dejó idéntica a como arrancó el partido. Evelio Cardozo ingresó por Dramisino y Julián Marcioni entró por Bisanz. Pero al igual que nos sucede en la vida misma, ningún movimiento que se hizo en el banco fue beneficioso. El equipo sigue teniendo una alta tasa de interés, no cuenta con saldo en la caja de ahorro y de seguir así el corralito cada vez está más cerca.
Da la impresión que el elenco de Orfila puede jugar 20 horas seguidas que el gol nunca llega. Solo entonamos el grito sagrado si viene de una pelota detenida. Ante Quilmes que fue la mejor versión del conjunto del Chano, los 3 tantos vinieron por esa vía de escape. Penoso momento el que vive el Bohemio, que todas las noches debe agradecerle al Chiqui Tapia que la segunda categoría del fútbol argentino tiene 37 concursantes y solo descienden los últimos dos. Ojalá que no haga falta desempolvar la calculadora científica ni alentar por equipos ajenos.

En el breve mercado de pases que casi de lástima le dieron a la Primera Nacional, Atlanta debía corregir lo que se hizo mal en enero. Es cierto que no era sencillo, los tiempos y la competencia con los tiburones de la divisional lo hacían complejo. Pero no hubo ingenio. Se hizo el foco en la mitad de cancha, es verdad que le faltaba otro “5” y que debía reemplazar de urgencia la salida abrupta de Ramón Fernández, pero este particular plantel necesitaba actualizar el puesto de 9 y sumar a un extremo por izquierda para no dejarle la exclusividad del desequilibrio a Juan Bizans. Además de que no se mejoró a la plantilla, se trajo 3 apuestas que como tales son monedas al aire. A continuación las vamos a detallar.

Federico Marín, volante central, fue la primera incorporación. Con rodaje en el último tiempo en Sacachispas, pero ignoraron su archivo personal con denuncia de violencia de género en su época en Huracán. La segunda alta fue otro volante defensivo. Patricio Pérez. Pertenece a Platense y el último semestre estuvo de gira en Tucumán con la camiseta de San Martín. En el Calamar lo tienen muy bien catalogado, pero lo largaron para que tenga ritmo en otro clubes. La última incorporación fue la de Iván Gorosito, interno derecho, llamarlo así parece que nos referimos más a un colectivo que a un jugador de fútbol. Su pase es de Racing y lo que más despierta el interés es su cláusula de rescisión: 12 millones de dólares. Fue el único que debutó ante Ferro. Arrancó con un buen remate de afuera del área. Después se diluyó, aunque le tocó aportar en un equipo que te motiva menos que recibir una carta documento.

Después de esta derrota ante Ferro, que no vencía al Bohemio desde hacía 20 años, Atlanta quedó a 6 puntos del reducido y a 7 unidades de poder perder la categoría. Es primordial sumar la mayor cantidad de chirolas en los próximos dos partidos. El lunes por la vigésima fecha ante Mitre en el Gran León y de visitante la jornada siguiente frente a Sacachispas. Si alguien es devoto de alguna virgen, si se aferra a la fe de algún santo, si práctica umbanda o cualquier tipo de magia blanca (o del color que sea) Es tiempo de emplear esos métodos, dejar librado solamente a lo que pase en el campo de juego puede ser muy peligroso. Y aunque al gobierno de Larreta le moleste, de esta salimos todxs unidos, más allá que algunos de los que tiran del carro hace rato le soltaron la mano.