Con la expectativa puesta en sumar, el Calamar llegó a la Boca para enfrentar al Xeneize -también necesitado de no fallarle a su gente de local-. Con un planteo cuidadoso con 5 defensores, 2 volantes de contención, Taborda para crear y asociarse a Mauro Zárate y de punta Tijanovich para explotar la velocidad; arrancamos el partido bien, controlado. Hasta que a los 15′, con un innecesario foul a 27 metros de la meta de Ledesma, un tiro libre riesgoso que le dio la oportunidad a Boca de ponerse en ventaja -inmerecido hasta allí-.
Platense sintió el impacto, Boca comenzó a manejar pelota y espacios y el esquema inicial que planteamos no sirvió -llamó la atención que a lo contrario que en cancha de Independiente tardó muchísimo en romper la línea de 5, tanto que tras un grosero doble error de Gino nos fuimos a los vestuarios 0-2-.
En el segundo era inevitable salir a buscar el descuento para pensar en un empate después. Tras jugada de apilada de Zárate, Nico Morgantini la empujó en el área chica y 1-2. Boca atacaba bien pero se exponía a la contra, pero no tuvimos ninguna clara -un remate de Villalba de lejos que pasó cerca y a los 49′ un tiro libre -a pedir de Zárate, que ya no estaba por tres minutos en el campo- donde se imponía un disparo fuerte al palo del arquero pero Taborda tomó la mala decisión de querer colocarla y se le fue muy arriba. Y allí murió el partido. Una noche negra en la Boca, ahora toca revertir la situación de local el viernes vs Banfield.
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Por fin entró
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