0 – Patronato 0
Era una jornada especial para el fútbol argentino, la vuelta del público a los estadios luego de una larga espera tras el confinamiento por Covid, hacía de este acontecimiento un encuentro mágico del público con su club amado, el tema principal de todas las portadas. Platense por su parte realizó un homenaje merecido al Turco Hanuch, a quien no se lo había podido despedir como lo quería su gente que tanto lo apreciaba. También, estrenaba plateas en la tribuna Ginanni y sin ninguna reja que lo separe de sus jugadores. Todo era emoción y con un gran envión luego de la buena imagen que el equipo dejó en La Plata la fecha pasada.
Para este partido de local, el Ruso Sponton pensó en repetir sistema y nombres , es decir: Ojeda; Schott, Iribarren, Recalde y Cardozo, la mitad de la cancha para recuperar se la dividieron Lamberti y Gómez, más adelante abierto por derecha Curuchet, por el centro Baldasarra y la izquierda para Gerzel; y como delantero centro, Mansilla. A priori el equipo se sentía confiado pero enfrente se encontraba un duro rival que su esquema y/o parado táctico difería al de Estudiantes de La Plata ya que el conjunto de Paraná lo hacia con un clásico 1-4-4-2. Rápidamente el Patrón nos hizo sentir que todo nos va a costar mucho.
Esta disyuntiva que presentaba este cotejo, el conjunto de Vicente López jamás la pudo resolver ni tampoco encontrar la comodidad que le permitiera ser el que mandara en el juego. Poco para destacar de un primer tiempo muy parejo y disputado pero que mostraba ciertos problemas por la izquierda de nuestra defensa, ya que las subidas del lateral Marin o el volante Garay no estaban muy en claro por quién debían ser tomadas, Gerzel a veces lo hacía y otras no, ya que quedaba mucha distancia entre él y Cardozo. Estos desbordes sumados a la movilidad e inteligencia de Sosa y la potencia de Arias nos generaron alguna sosobra. En este periodo solo tuvimos una muy clara que solo faltó empujarla debajo del arco y no pudo ser. Cabe destacar el
incansable trabajo de Lamberti y de su socio Gómez.
Para el segundo tiempo las cosas seguían igual, no pudimos sentir en ningún momento que el juego nos resultara favorable, de hecho la mejor ocasión fue del conjunto rojo y negro con un cabezazo que dio en el travesaño. Los ingresos de Sosa, Tissera y Palacios le dieron más pierna fresca al ataque y conseguimos inquietar con algún electrizante arranque de estos jugadores. Mansilla tuvo un partido para el olvido, no logra peinar o aguantar ningún balón y sus entregas siempre son imprecisas, algo que viene mostrando en los últimos juegos, sin justificar los muchos minutos otorgados. Quizás el Ruso cuando tenga tiempo de trabajo, deba pensar en un plan B; da la impresión que en este partido, la solución hubiera sido más efectiva con algún cambio en el parado táctico ya que se hizo difícil prevalecer y no parece haber sido por un tema de nombres.
Seguimos esperanzados con esta nueva impronta del entrenador, el ADN está a salvo y la entrega se siente en el esfuerzo de cada uno en cancha. Solo nos falta una vuelta de rosca para encontrarnos festejando tres puntos más seguido. Queríamos ganar y no se pudo, pero el equipo viene mostrando cada partido mayor solvencia, los triunfos van a llegar con la misma paciencia con la que llegamos a Primera…
Además, en un día especial por la vuelta del hincha al estadio… se dio una noche especial…el bonaerense, simpatizante y miembro del Team Boxeo Calamar, Ángel Nicolás “El Rayo” Aquino se convirtió en el nuevo campeón argentino de la categoría gallo, cuyo título estaba vacante.
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