0 – Agropecuario 3
A diferencia de la caída de Instagram, Facebook y WhatsApp, el equipo de Erviti hace mucho tiempo que dejó a sus usuarios sin servicio. En la vuelta del público al estadio, los hinchas del Bohemio después de ver la calamitosa actuación de su equipo llamaron a defensa al consumidor. Frente a Agropecuario, Atlanta no mandó ningún SMS, no se comunicó ni por paloma mensajera y perdió 3 a 0 en solo 45 minutos. La defensa del conjunto de Villa Crespo ofició de meme, se viralizaron todos los errores juntos, el equipo nunca tuvo wifi y Erviti ya no sabe cómo reiniciar el módem. Era un duelo directo para clasificar a la Copa Argentina, a esta altura ni ese objetivo va a poder publicar en sus redes sociales.
Por la fecha 28 de la Primera Nacional Erviti volvió a retocar algunos nombres del equipo titular, pero los problemas no se modificaron, se profundizaron. Un apresurado Rago fue el guardameta. Carrasco, Pérez, López y García los elegidos del fondo. Martín García reapareció en el equipo luego de su lesión, pero en vez de ubicarlo en la cueva, donde rindió, lo posicionó de lateral izquierdo, un puesto que conoce pero hace rato que no ejerce. En el medio anduvieron Saggiomo, Bolívar y Dramisino. En el ataque se fusionaron Juan Bizans, Colombini y Pedrozo. Por momentos el equipo se comunicó al prefijo 4-3-3, pero también llamó al 4-5-1, dependiendo donde arrancaban Bizans y Pedrozo, pero a la luz de los resultados, todo es anecdótico.
Los errores, perdón los horrores defensivos de Atlanta fueron letales, impresentables e irrespetuosos para el público que volvió luego de un año y medio a las gradas del León Kolbowski. El Bohemio ejecutó un córner en el que tuvo la apertura del marcador en la cabeza de Martín García pero lo evitó una tapada elástica del arquero Sand, en la réplica Agropecuario sembró el primer gol del cotejo. Agustín Bolívar no pudo controlar el balón en el centro del campo, la capturó Emanuel Dening para el Sojero y ya nada fue lo mismo. Carrasco y Rago fueron a intentar frenar al delantero rival, pero quedaron despatarrados en el medio del camino. Con el envión que traía el atacante no lo tumbaba ni Acero Cali. Con el arco vacío remató a portería y abrió el marcador a los 15 minutos del primer tiempo. Sin proponérselo, el elenco visitante pasó al frente en el resultado por defectos de fábrica del rival más que por virtudes propias.
El segundo gol se sirvió desde los 12 pasos. Después de un agarrón en el área bohemia, el referí sancionó penal. Brian Blando no le hizo honor a su apellido y le pegó con fuerza para romperle la resistencia a Rago y así clavar a los 40 minutos de la etapa inicial el segundo tanto del doparti. Con poco Agropecuario conseguía la cosecha de la victoria, aunque aún había tiempo de siembra, los campesinos de Erviti no sabían ni agarrar la pala. Encima, el Sojero tuvo resto en ese primer tiempo para germinar el tercer tanto en el campo de Villa Crespo. Otro papelón defensivo del Bohemio orquestó el último gol del partido. A los 45 minutos de la primera parte Agropecuario se aprovechó de Martín López que titubeó con el balón en los pies en la puerta de su área. En la zona en la que se encuentra la lengüita perdió el esférico, se la sirvió en bandeja giratoria a Emanuel Dening, que definió con máxima tranquilidad y sentenció un partido en solo 45 minutos. Bochornoso el nivel de Atlanta en ese primer tiempo, indefendible como las cuentas offshore de Macri y sus muchachos. Un jeroglífico se entiende más que está última línea del elenco de Erviti, que cometió tantos errores que de estar estudiando en la facultad lo mandaron de vuelta a primer grado.
El segundo tiempo no existió, fue un espejismo, una pantalla, una gran estafa organizada. Si no se disputaba nadie se ofendía. Ni Atlanta estaba para la heroica de igualarlo ni Agropecuario tenía la voluntad de aumentar el resultado. Es cierto que Erviti hizo cambios para internar al menos decorar la chapa del marcador, pero fue inútil como regalarle un protector solar a un pingüino. Para el arranque del complemento Mauro Luque ingresó por Carrasco y Evelio Cardozo entró en el lugar de Bizans, pero nada cambio. En el arco rival estaba Darío Sand, pero si atajaba “El Pepe” Sand era exactamente lo mismo. También, Don Walter que muchas veces con las variantes confunde más de lo que aclara, mandó a la cancha a Solari por Pedrozo y a Ramírez por Saggiomo, que era de los pocos que movía el avispero en el dueño de casa. Al final ingresó Lucas Ríos por un sacrificado y voluntarioso Dramisino. Las buenas intenciones de Ríos lo convirtieron en un océano, aunque este equipo no sepa nadar.
En el día que no funcionó WhatsApp, tampoco anduvo Atlanta, que dejó incomunicado de fútbol a sus hinchas que volvieron a alentar a su equipo después de un año y medio. La campaña es mala por donde se la mire, ya sea en Twitter, en un portal de internet o informándose a la vieja usanza a través de un diario. Es verdad que al principio del campeonato se obtenían resultados y no funcionamiento, ahora nos quedamos sin el pan y sin la torta.
La derrota 3 a 0 ante Agropecuario lo sepulta al Bohemio al octavo lugar de la clasificación, con el cartelito de Game Over para ascender y con poquitas chances de ingresar a la Copa Argentina de 2022. El próximo encuentro será de visitante ante Quilmes. Es probable que la cerveza lo mareé al conjunto de Erviti, que empezó ofreciendo un fútbol champagne en el torneo y ahora ni siquiera bebe agua de la canilla.
More Stories
Por fin entró
Depende de nosotros
Otra vez sopa