Aún recuerdo al vecino de enfrente de casa, Antonio se llamaba. Una mañana gritó como loco, desaforado, todo el barrio se había enterado que acababa de ganar el Quini. Los números que religiosamente venía jugando dos veces por semana desde hacía casi tres años, habían salido la noche anterior. El tipo desborda de felicidad. La alegría lo gobernó hasta que se enteró que su hijo, Antonito, se patinó la guita que le había dado para jugar a la (futura) boleta ganadora. Aquella enorme tristeza que le produjo al vecino Antonio, la de verse ganador y que de un plumazo todo se venga abajo, me hizo acordar esa anécdota barrial al partido que Atlanta dejó escapar ante Estudiantes por la cuarta fecha del mini torneo de la Primera Nacional.
El premio por ganarle al “Pincha” de Caseros no era tan suculento como el del vecino Antonio, pero para el elenco de Lisa, era saltar la banca y mantener la ilusión intacta. Ahora la esperanza esta pisoteada y el anhelo de una final por el primer ascenso ya se transformó en una quimera. Fue un partido de Primera, con un resultado que te aleja de Primera. Después de un primer tiempo hermético, Atlanta volvió a defeccionar en la última línea y ya tiene menos defensa que un linyera en la Corte de la Haya.
Para los neutrales fue un partidazo, ingresa en la videoteca de los mejores encuentros del 2020. Para los hinchas de ambos equipos, le permitió darle más laburo a los cardiólogos de Caseros y Villa Crespo.
En su visita al patio de Estudiantes, “El Bohemio” desaprobó la materia igualando 3 a 3, con lo que la lucha por quedar al tope del grupo, ya parece ser una misión imposible. Fabián Lisa aplicó cirugia en todos los puestos del equipo, después del desastre (des) organizado que fue ante Agropecuario. Pero las mejoras no se vieron, los problemas se profundizaron y al equipo le hacen muchos goles. Temo jugar con San Marino y que al bueno de Rago le anoten un par de pepas.
En la defensa quitó a Alán Pérez y a Axel Ochoa. Ingresaron Perales y Fernández respectivamente en su lugares. En el medio sacó a una vaca sagrada como es Previtali, por el nuevo pibe del club, Alejo Dramisino. Por último, pero no menos importante, volvió al primer equipo Ochoa Giménez para reemplazar a Pedrozo y abandonar así el esqueleto de 3 delanteros, para jugar con 2 de punta y 4 volantes en la jungla del medio campo.
En el primer tiempo las mutaciones que sufrió el equipo dieron sus frutos. Lo tuvo cortitó al líder de la zona, lo ahogó en el centro de la cancha e impuso la condiciones en las que se debía jugar el partido. Se fue al descanso afiliado al bando ganador. Con orden y progreso, vencía por la mínima a su rival con un buen gol de cabeza de Molina, que se estrenaba en las redes sociales de Atlanta. Lástima que los cotejos no duran solo 45 minutos.
Al toque de comenzado el complemento, a los 5 minutos, el elenco bohemio amplió la ventaja con un remate desde afuera del área de Jorge Valdez Chamorro, el mejor del equipo de Atlanta, en el partido y en el torneo. Parecía la noche ideal, todos los caminos conducían a la carretera de la victoria, pero en un abrir y cerrar de ojos, lo bajaron de la ruta al conjunto visitante. Volvió a estar flojo de papeles en la parte trasera, con un rival que te perdona menos que los Bancos con la tasa de interés.
A los 7 minutos Estudiantes rápidamente descontó. Un descuido, una distracción de Tecilla, permitió que Melo cabeceé de forma soltera, sin tener una pareja que le haga la segunda. Ese error defensivo, propició otra vez el descalabro en Atlanta. Porque dos minutos más tarde, un bombazo desde afuera del área de Francisco González Metilli empardó el cotejo y como ante Agropecuario, al toque le empatan un partido que ganaba 2 a 0.
Faltando 15 minutos para el cierre del match, el dueño de casa se quedó con 10 por la expulsión de Pierce. Pero esa roja no lo apichonó, ni tampoco lo agigantó al elenco visitante. Que de todas maneras, a los 36 minutos del complemento volvió a mojar, para retornar al bando ganador. Milton Giménez, que aún le cuesta el roce de la categoría, marcó el tercer tanto, para que Atlanta sienta que aunque estaba en Caseros, a victoria la tenía muy cerquita.
Como aquel vecino Antonio, El Bohemio ya palpitaba el triunfo, lo empezaba a saborear y a disfrutar. Pero a los 39 minutos de la parte final, otro envío aéreo cayó como un tsunami al área de Atlanta y entre el “9” de ellos, Bolzicco, y el “4” nuestro, Molina, terminaron empatando 3 a 3 el vibrante encuentro.
A Estudiantes el punto le suma, a su rival le resta por todas partes. Así y todo, “El Pincha” de Caseros con inferioridad numérica y siempre remándola en el resultado desde abajo, tuvo más ímpetu por ganarlo que Atlanta. Hasta le anularon una jugada que terminó en gol del eterno Diego Figueroa, que estaba habilitado.
Quedarán 3 fechas para culminar el mamarrachesco torneo que armaron. Ese que decidió valorar 7 partidos para poder ascender, en lugar de las 21 jornadas que ya se habían disputado. Ya es demasiado tarde para escuchar Lamento boliviano de “Los Enanitos Verdes”. Habrá que cambiar de banda sonora cuando en Villa Crespo, el próximo domingo, se reciba a Temperley, el que se viste de celeste, justo cuando Atlanta pareciera que esta verde. Ojo, no estoy haciendo apología por las dos vidas, ya que la única que esta en juego es la de las mujeres. Esperemos que sea ley y “El Bohemio” vuelva a ganar un partido.
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