Histórica clasificación a la final

Platense 1(6) -Godoy Cruz 1(5).

En el estadio de San Nicolás, jugaron Platense y Godoy Cruz por una de las semifinales de la Copa de la Liga. Se dio el partido esperado, con un Platense aguerrido y combativo con Susso como estandarte; y con un Godoy Cruz, con un juego más asociado de la mano de López Muñoz, Fernández y Tadeo Allende.

Fue el Calamar quien logró el primer tanto a los 18′. Lozano por la izquierda no dio la pelota por perdida, la robó y habilitó a Ocampo que con un tiro rasante al medio del área se la dejó servida al paraguayo Martínez para empujarla al gol. No duró mucho la alegría para la gente de Saavedra -que en gran número copó la ciudad de la Virgen-; porque 10′ minutos más tarde, tras una serie de rebotes el Tomba empató el partido. Luego, Platense estuvo cerca del segundo con un tiro de Ocampo que salió por arriba del travesaño desde inmejorable posición.

En el segundo tiempo, Platense le cedió la pelota al equipo de Oldrá apostando a su solidez defensiva, a alguna corrida del incansable F. Díaz y a los pelotazos para el solitario Pellegrino. El Bodeguero, pese a la tenencia del balón, no podía penetrar la aguerrida defensa Calamar. Los de Palermo lo tuvieron con un tiro rasante a la izquierda del ruso Rodríguez por parte de Castro, que contuvo eficazmente.

A los 65′ entraron Rius por Russo y Picco por Ronaldo, demostrando que el DT apostó por los penales confiando en la figura de Macagno. A los 75′ entró Ferreyra por Castro y Cacciabue por Ocampo. Llegaron los penales, en una serie para el infarto que para los calamares de más edad nos recordó la final con Lanús en el Viejo Gasómetro.

Convirtieron para el Marrón: Pellegrino, Susso, Díaz, Morgantini, Vázquez y Lozano; mientras que Picco, Ferreyra, Cacciabue y Rius no pudieron concretar desde los doce pasos. Macagno atajó tres y uno se fue desviado.

Platense finalista junto a Rosario Central, la final sería en el Madre de Ciudades de Santiago del Estero. Alegría inmensa para la sufrida y fiel hinchada Marrón, que sostiene su ilusión en el sacrificio y entrega de su equipo y en la mística ganadora que transmite su entrenador. La figura: Macagno (10).