
Atlanta
A pedido del público (?) Volvemos a escribir sobre Atlanta. Miles de mail llegaron a este respetado sitio web exigiendo el retorno de esta columna. Luego de arduas negociaciones con las máximas autoridades, nos pusimos de acuerdo y habrá más informes del Bohemio. Fue una reunión muy acalorada y sobre todo muy extensa, duró 30 segundos. Allí pusimos blanco sobre negro, o mejor dicho amarillo sobre azul para evitar malos entendidos. Por eso, pasen y lean esta nota que no está para chuparse los dedos, sino para comérselos por los nervios vividos.
Tiene nombre de cantante de cumbia, Juan Daniel. O también, de actor de telenovela mexicana. Pero su apellido coincide con una de las mejores plumas que nació en el Río de La Plata. Con el Fútbol a sol y sombra, a pesar de las Venas abiertas de América Latina que defendían en el Bohemio, se atrapó una victoria que queda en la Memoria del fuego del hincha, que después de mucho tiempo se fue del Gran León feliz al ritmo del Spotify de canciones que se entonan en los tablones del Kolbowski.
Por la fecha 18 de la zona B de la Primera Nacional, o el primer partido de la segunda rueda, Atlanta recibía a uno de los rivales que lo aventajaba por un punto más en la tabla de posiciones, en este caso nos referimos a Estudiantes. Que como las generaciones van avanzando y ya no llamamos más al 12 de octubre “Día de la raza” o a las mujeres no las mandamos a lavar los platos, este equipo ya no es más ni el de Caseros ni el de Buenos Aires, es el Estudiantes a secas. Porque las sociedades por suerte maduran y en algunos temas ya no meten la pata.
Cuenta la historia que el Bohemio tiene de hijo al Pincha de Caseros. Antes de este doparti se habían enfrentado 100 veces, la primera en 1915 y la última este mismo año. El elenco que dirige Giganti con este triunfo supera por 14 cotejos a Estudiantes, que en la década del 20 hizo de local ante Atlanta en la cancha de este equipo. Rarezas que se dieron en el amateurismo, aunque también el profesionalismo escribió capítulos insólitos. Cada vez que el conjunto de Villa Crespo enfrenta a este rival se recuerda el heroico y mítico 4 a 3 en el León Kolbowski en septiembre de 2018 por el torneo de la Primera B Metropolitana. Hasta los 44 minutos del complemento se perdía 3 a 1, no hace falta decirles el resultado final porque ya lo vieron más arriba. Creer o reventar.
Para este encuentro Mauricio Giganti tenía algunas bajas por lesión. A la enfermería se mudaron Franco Vedoya y Lucas Ríos. El que pegaba la vuelta después de un par de largos meses de ausencia era Nicolas Medina, esa traicionera pubalgia recién ahora lo dejó concentrar con el plantel de Primera. Además, dos de las tres incorporaciones que llegaron en el breve mercado de pases también fueron parte de la lista sábana de citados. Uno era Kevin Pavia, un purrete extremo por derecha procedente de la reserva de Estudiantes. No se asusten, no lo prestó el rival de turno, este es el Pincha de La Plata, no el de a secas. El otro que también firmó planilla fue el guaraní Javier Ferreira, un “9” ideal para Atlanta, ya que en el último semestre jugó en Deportivo Madryn y no mojó en ninguno de los pocos partidos que disputó. Su pase pertenece a Estudiantes, no se vuelvan a asustar, este Estudiantes es el de Río Cuarto. La otra cara nueva que llegó para la segunda parte del certamen es un zaguero central conocido del DT Bohemio, aclaro que no es un familiar, a esta altura puede pasar caminando un vecino de Villa Crespo por el estadio con ropa deportiva y Atlanta le hace un contrato como nuevo futbolista. El que llegó es Tomás Fernández, que pertenece a Gimnasia La Plata y con Giganti coincidieron en Ferro de General Pico La Pampa.
El míster realizó dos cambios con respecto a la derrota de la fecha pasada ante Brown de Adrogué. Uno era obligado por la lesión de Vedoya, que fue reemplazado por el debutante Pavia. Y el otro fue táctico, salió Bogado e ingresó Duarte, que tiene el mismo apellido de Evita. Eso mismo Giganti, desde aquí y con todo el respeto del mundo pedimos que evita usted seguir utilizándolo de “5” titular. Yo sé que Mauro B la pifió fiero ante los de Vicó, pero al no haber reforzado ese puesto, Bogado es el mejor para ese hueco tan importante del campo.
En definitiva, estos fueron los 11 elegidos por el DT para medirse ante Estudiantes. En el arco estuvo un dubitativo y seguro Sumavil, sé que es contradictorio, pero así atajó. En el fondo se mantuvieron Camargo, el enmascarado Gelos, González y Mosca. Se dividieron el medio Dramisino y Duarte. Suelto jugó Galeano, a su derecha estuvo Pavia y a la izquierda Becker. Por delante de ese trío se movió Mazzola. 4-2-3-1 fueron las coordenadas tácticas de un partido vibrante.
El comienzo del match oficio de muestra gratis de lo que serían esos primeros 45 minutos. Estudiantes machacó permanentemente el sector derecho del Bohemio. La espalda de Camargo era de dominio público, era una autopista que no se pagaba peaje. Encima Valentín Gelos, que jugó con una máscara protectora, no lo ayudaba a la hora de las coberturas, era como un celular sin señal. Al cerrarse Dramisino al medio, era fundamental que Pavia no este paviando por ahí y baje a dar una mano, con los riesgos que conlleva que un delantero tenga que cumplir tareas defensivas. Por eso no sorprendió que a los 7 minutos de la etapa inicial marque la visita. El gol lo hizo Enzo Acosta, el 10 de ellos, que definió dentro del área después de un buen toqueteo de balón entre sus compañeros. Desazón en el hincha Bohemio, que veía ya una sinfonía de errores en la última línea y una desventaja en el resultado que podía ser aún más abultada.
A los 10 minutos se dio la primera aparición con vida del 10 de Atlanta. Le hicieron un foul a Mazzola al costado de la ruta por la banquina izquierda. Allí tomó la pelota el conductor designado, Juan Daniel Galeano. Todos los mortales esperaban un centro administrativo al área rival, pero el capitán Bohemio remató al arco y con ayudín del golero, Matías Vega, el dueño de casa rápidamente lo igualaba. No había tiempo para que fecunde el gol de Estudiantes e instale en la tarde de Villa Crespo viejos fantasmas.
A pesar que el elenco de Giganti tomó la vitamina G del gol, seguía con las defensas bajas. El Pincha de Caseros continuó lastimando por las bandas al locatario, que no lo podía frenar ni contratando a la seguridad de Gerardo Morales que reprime en Jujuy. Aunque de la nada y en una jugada fuera de libreto, Atlanta dio vuelta la página del partido. A los 19 minutos Camargo mandó un centro automático sin mirar que no había compañeros en el área de enfrente, pero los defensores visitantes se vistieron con la casaca de Atlanta. Se enredaron con el esférico, sin querer queriendo se la dejaron de frente manteca a Pavia, que en la zona de la lengüita del área, en la parte de los Rolling Stones del campo de juego, sacó un tiro de gracia que parecía una papa para el arquero Vega. Pero el ex jugador Bohemio volvió a atajar para Atlanta, dando un rebote cortito y peligroso. Para desgracia del “1” estaba el “9” rival, que marcó por primera vez en Villa Crespo. Sus dos anteriores goles los festejó fuera de casa. Por cómo estaba el partido, el mejor jugador del conjunto de Giganti era Matías Vega, sus dos (malas) intervenciones le dieron una gran mano a su rival para que anote.
Antes de la media hora de juego Estudiantes, que era más picante cuando atacaba, logró llegar a la parda. Como si fuera un flipper, hubo una batería de rebotes que ningún futbolista de los nuestros pudo capturar. Algunos de los que juegan en la cueva deben creer que la pelota tiene una bomba ahí adentro. O capaz que son alérgicos a los balones y si consiguen robar un esférico terminan con ronchas en la cara. Más allá de las razones de origen, Garnerone anotó un penal en movimiento y empató luego de una buena pared que se fabricaron. Así se fueron al descanso, firmando tablas, aunque la visita siempre estuvo más cerca del jaque mate.
Para el segundo tiempo Giganti metió mano en el equipo. Alan Aguirre reemplazó a la máscara de hierro de Valentín Gelos, que sufrió los primeros 45 minutos del encuentro. Ese cambio ordenó mejor a la última línea, si bien no puso un candado, el rival llegaba más cansado al departamento de Sumavil.
El desnivel definitivo llegó tempranísimo en el complemento. A los 3 minutos Mazzola se puso el overol y robó para la corona una bola en mitad de cancha que permitió agarrar desabrigado al fondo de Caseros. Ya en ese momento el solcito que bañó las gradas del Gran León en la primera parte, se estaba yendo raudamente del estadio. La pelota que recuperó el “9” siguió en buenas manos (o en buenos pies) Pavia se la tocó con criterio a Becker, que con la cancha de frente metió un pase artesanal a Galeano, que dentro del área tuvo más definición que el Pequeño Larousse Ilustrado y ante la salida de Vega clavó el tercer gol para Atlanta. Delirio supremo en el León, sus hinchas saltaban, festejaban y algunos se pellizcaban para asegurarse que era real que su equipo había marcado tres goles en un mismo partido. Más de uno sacó el celular y agendó este 19 de junio como una fecha histórica.
Giganti a pesar del fresquete que empezaba a asomar por Villa Crespo, abrió la ventana para que se renueve el aire del equipo. Bogado ingresó por Dramisino que salió tocado y volvió a calzarse los cortos Medina por Pavia. Más tarde en la otra window (aclaramos para los que no saben inglés, que significa ventana en ese idioma) Se metió como refresco el debutante Ferreira por Mazzola. Fueron pocos minutos para calificar el estreno del guaraní, aún ni tenemos el martillo preparado para dar algún tipo de veredicto. El último espacio permitido de cambios se dio ya en el final, cuando todo era resistencia y sufrimiento. El melli Bisanz entró por Becker. Reforzó esa zona de la izquierda con un volante todo terreno.
Atlanta se conectó con la chance del cuarto gol con remates de media distancia. Galeano y Camargo probaron por esa vía de escape, pero sus tiros dieron a parar en algún dedo del arquero Vega, que quiso recomponer la imagen dudosa de la primera parte. Aunque el Pincha de Caseros no tuvo el mismo swing de los 45 minutos iniciales, contó con un paquete de datos para comunicarse con el empate. Las chances que elaboró tímidamente en la complementaria fueron desactivas por Sumavil, que alguna duda dejó en el primer tiempo, pero luego tuvo su solidez habitual con atajadas valiosas. Casi le escupe el asado su compañero Aguirre, que de casualidad no la mandó a guardar en su propio marco. Era obvio que volver al triunfo tenía que ser con el sufrimiento clavado en el medio del pecho.
Atlanta sin jugar un partido de alto vuelo, con un primer tiempo que tuvo agujeros en la defensa, sobre todo en el sector facho del campo de juego, pudo levantar la autoestima en el complemento y llevarse un importantísimo triunfo 3 a 2 para estar cerquita de los puestos de reducido. Una vez más quedó demostrado que Juan Daniel Galeano es la piedra filosofal de este equipo. Fue la tarde del 10, con un gol lleno de viveza criolla y otro con mucha delicadeza, condujo al elenco Bohemio a una victoria hiper necesaria, otro traspié no se soportaba. Nadie puede asegurar que estos 3 puntos sean el empujón para algo mejor, ojalá que en el futuro inmediato este tipo de alegrías sigan viniendo para este lado. Pero nadie tiene la bola de cristal, eso sí cuando el equipo pierde las tenemos por el piso, pero eso ya es otro problema.
Hay que destacar el nivel que viene gestando en los últimos partidos Mazzola. Se sabe que el gol no es la especialidad de la casa, pero de a poco se ve parte de su repertorio. De espaldas al arco aguanta hasta un armario. Es criterioso para distribuir la riqueza del balón entre sus compañeros y se lo nota comprometido en querer revertir la imagen dada en gran parte de la primera rueda. No esperemos una catarata de goles, si vienen no nos ofendemos, pero si sigue con este sacrificio el hincha se lo reconocerá como cuando se retiró extenuado ante los de Caseros.
Otro que viene en alza es Diego Becker. El mejor en la derrota ante Brown y con un maple de huevos jugó ante Estudiantes. Se corrió la vida y un poquito más en su sector izquierdo, hasta cuando fue reemplazado seguía moviéndose en el banco. Tuvo más entrega que un delivery de aplicación. Si a su enjundia, despliegue y voracidad le agrega jugadas de gol, lo viene a buscar el Inter de Miami.
Por último, vale mencionar al debutante Pavia. Hizo un correcto partido. Participe necesario en dos de los tres goles del equipo. No sabemos si es parte de su ADN o un pedido de Giganti, pero en la mayoría del doparti se cerraba mucho más de lo que podía abrir la cancha. Esos dos aportes solidarios que derivaron en los goles fueron producto de que él se metió por adentro. Si se recuperan los lesionados, cuesta verlo como titular, pero su nombre seguirá ligado a los concentrados.
La próxima fecha, la número 19, Atlanta visitará en día domingo el nuevo monumental de Rafaela. Una crema que esperemos no sea muy espesa, que de cortarla nos permitirá alcanzarla en la tabla de posiciones, ya que ellos tienen 27 puntos contra los 24 nuestros, además son los últimos que se están metiendo en el reducido. Esperemos atrapar la victoria así de paso titulamos el triunfo con el nombre de crema rusa.
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