
Otra decepcionante actuación del equipo de Nicolás Diez, que con un fitito quiere competir en la Fórmula Uno. Quinto gran premio al hilo que no podemos festejar, algunos nos hicieron creer que estábamos arriba de un Torino y ni siquiera nos da para anotarnos en una carrera de Karting. Cuando parecía que por fin íbamos a ver la bandera a cuadros, la defensa nos dejó a gamba y la victoria se nos sigue alejando varios kilómetros de distancia. Atlanta continúa manejando horrible en cada curva, se choca hasta cuando entra a boxes y no para de pinchar las ilusiones de sus hinchas, que hace tiempo ya se bajaron de esta chata que urgente necesita una mano de chapa y pintura. Aunque con todos los arreglos que le deben hacer, debería recurrir a un mago más que a un mecánico.
Por la fecha 29 de la zona B de la Primera Nacional Atlanta recibía en su autódromo de Villa Crespo al Racing cordobés, al que le llevaba 5 vueltas de ventaja. El tema que si la escudería de Diez perdía, lo tenías soplando la nuca al piloto mediterráneo y mandándote directo a la banquina. Se necesitaba volver a la ruta de la victoria, después de tres despistes consecutivos y una igualdad en la última carrera, ya era tiempo de atrapar la pole position para no seguir sumándole más lastre a esta campaña que tiene mucho de desastre.
El prospecto del partido entre Atlanta y Racing de Córdoba indicaba que se enfrentaron 5 veces y nunca el Bohemio pudo ganarle. Fueron 4 derrotas y 1 empate. Veamos el vaso medio lleno(?) las 4 caídas fueron consecutivas, ya está temporada frenamos la hemorragia de cotejos perdidos y logramos una valiosísima igualdad en uno con gol de Mazzola, que seguramente pida jugar todos los encuentros contra esta Academia. Lo particular de este choque contra el elenco mediterráneo es que los 5 duelos disputados se jugaron en 5 escenarios diferentes. En las canchas de Instituto, Deportivo Español, en el Chateau Carreras, en Villa Crespo y en el estadio de Racing de Córdoba. Aquel partido en Español fue el último que jugó Atlanta en Primera División en diciembre del 84. Escribo este párrafo y se me caen las lágrimas de los ojos, pero veo que ahora el León Kolbowski tendrá unos palcos de la puta madre y me vuelve la sonrisa a tapizar la cara.
Para este segundo doparti consecutivo como local, Nicolás Diez recuperaba soldados en el ministerio de defensa. El lateral derecho Franco Camargo y el zaguero central Alan Aguirre ya estaban disponibles. También, reaparecía en la lista sábana de convocados el guaraní Javier Ferreira para alimentar la delantera, que viendo la performance que tienen a lo largo y ancho del torneo hace un montón que ese ataque esta desnutrido. Con respecto al último duelo ante el Tiburón, el DT Bohemio realizó dos variantes. Aguirre entró por Tomás Fernández y fue restaurado Nicolás Mazzola para que juegue de “9” ingresando por el melli Bisanz, con lo que Lucas Ríos tomó sus bártulos y se mudó al extremo izquierdo.
En definitiva, así formó el cuadro Bohemio esperando ser una pinturita en el terreno de juego. En la paleta del arco estuvo Sumavil. Los colores oscuros de la defensa lo pusieron Gelos, Aguirre, González y Pinto. Las musas del mediocampo quedaron en Dramisino, Duarte y Galeano, que debía retornar a tener la brocha gorda de fútbol que en sus últimas exposiciones estuvo faltando. En la galería de arriba se apostó para que sean una obra de arte en el gol Becker, Mazzola y Ríos. 4-3-3 pintó la táctica del equipo surrealista.
Otro primer tiempo patético del Bohemio, por momentos su juego era más liviano que la madera balsa, ya es sabido que tenemos jugadores que son de madera, pero que no todo sea tan evidente por favor. Las mejores jugadas de riesgo en el primer cuarto de hora fueron de la visita que quería cortar una sequía de 13 partidos sin triunfos en rodeo ajeno. Solo ganó en la primera jornada en Adrogué ante Brown, cuando el torneo aún ni carreteaba.
La última línea bohemia seguía empecinada en querer salir jugando por abajo con la prolijidad de un mayordomo de la realeza, pero a nuestra defensa se le caía la bandeja de la mano, se le perdía la llave de la limusina y como en tantas películas que buscan al asesino, también aquí este mayordomo era el que apretó el gatillo. Cada salida por ajoba las aprovechaban los atacantes rivales, ya que los mejores delanteros de Racing eran los defensores de Atlanta. Esta idea caprichosa y peligrosa de jugar con fuego atrás debe corregirse por el bien del equipo y por la salud de sus espectadores.
La Academia cordobesa tuvo dos chances para abrir la cuenta. Primero con un tiro de gracia de Oyola desde afuera, y al toque con otro remate de Méndez que salió arribeño del travesaño. Pero la tercera sería la vencida. En una pelota parada Nicolás Sumavil, como muchas veces nos pasa con las empresas de internet en nuestro país, no llegó a dar un buen servicio en el centro enviado al área. Eso hizo que Calderón gane en las alturas para que la pelota le quede a Ferrero. El lateral de ellos sacó un remate que nuestro “1” despejó a medias y el otro defensor involucrado en la causa, Francisco Mattia, la almacenó en la red para dale una lógica ventaja a la visita.
El hincha en las gradas del Kolbowski ya estaba buscando en internet un tutorial del Harakiri, ya que a la preocupación en el juego se le sumaba la del resultado. Pero por suerte la desesperación quedó frenada porque rápidamente el Bohemio logró el empate. Jugadón gestado por Dramisino que sacó a pasear a algunos defensores rivales, se metió en la hoguera enemiga y soltó a la hora señalada la bola. Mazzola no pudo controlar el esférico como dios manda y ahí le quedó a Ríos para perforar la red y establecer la igualdad. ¡Por fin anotamos un gol! ya no nos acordábamos lo que era esa especie en extinción para nuestro equipo. Desde la última fecha del torneo pasado que este Ríos no mojaba. Algarabía en el pueblo de Villa Crespo y sus coquetos alrededores.
Para el segundo tiempo Nicolás Diez retocó a su tropa. Afuera Gelos y adentro Camargo. Buscó apostar por un lateral de oficio y abandonar la sesión de improvisar en esa posición. Y en los primeros minutos se vio el mejor repertorio del dueño de casa. Al instante de arrancar el complemento el propio Ríos remató esquinado buscando su segundo tanto de la tarde dominguera. También Galeano tuvo su oportunidad manifiesta de gol, pero luego de que Mazzola le baje la bocha, el remate del “10” Bohemio se fue alto y desviado de la meta. Igual, no todo era color de rosa (o azul y amarillo) porque ellos siguieron teniendo chances de colgar el segundo gol. Nuestra defensa es muy generosa, te invita a todos los fatos que anden dando vueltas por ahí.
A los 18 minutos de la etapa final se dio vuelta la tortilla, Atlanta pasaba al bando ganador, un hecho histórico para el conjunto de Villa Crespo. Esta vez Galeano remataba con acierto al arco adversario, su disparo al corazón fue efectivo, el portero de ellos dio un rebote cortina que le calzó justo en el botín de Mazzola. El mejor “9” del plantel(?) Embocó el aro y facturó el tanto. El team porteño amargaba a los cordobeses y se permitía estar arriba en el marcador. Éxtasis en las tribunas del Gran León, se lograba otro gol, se daba vuelta el resultado de un doparti y encima se celebraba un grito sagrado de Mazzola, que le tiene vértigo a besar la red.
Aunque Atlanta comenzó a controlar el resultado a su favor, nunca tuvo el control del partido. Diez abrió la ventana de los cambios y no mejoró al equipo. Kevin Pavia ingresó por Ríos para jugar a pierna cambiada. Y un rato más tarde siguió actualizando la delantera. Ferreira y Bisanz entraron por Mazzola y Becker. Figurita por figurita fueron esas variantes, a pesar que tenemos el álbum lleno de estos cambios que no modifican un comino. Tampoco, tenemos un DT estratega que tenga mil batallas en el lomo ni un banco de suplentes que sea como la última página de una revista de crucigramas.
A los 31 minutos de la complementaria toda la alegría de un nuevo triunfo se aplastaría, se caería como un castillo de naipes. Racing de Córdoba mandó un centro al área nuestra, que tiene miembros la defensa bohemia que juegan con miedo cuando viene la pelota aérea. Algunos creerán que es un meteorito, una bomba que está por explotarles en el medio de las bolas. Pero no, es un simple y vulgar esférico. En ese envío Nasta le ganó a Aguirre y su cabezazo se metió en el palo izquierdo de Sumavil. Nuevamente había que remar contra la corriente.
Después del empate mediterráneo, Atlanta no pudo meditar en el área rival. No llegó nunca con claridad. Aunque hubo una jugada que abrió el baúl de las polémicas. Codazo de Calderón a Mazzola ignorado por el referí de apellido Amiconi, que era la primera vez que nos dirigía (ojalá sea la última) y que a lo largo de estos años siempre por mucho o por poco termina favoreciendo al elenco cordobés. Hay antecedentes que así lo demuestran. Debe ser una casualidad lo que pasó en el León Kolbowski, si nuestro presidente es amigote de Tapia, gracias a sus buenas migas consiguió laburo en la Conmebol. Como es de público conocimiento, asiste en los partidos que organiza la entidad madre del fútbol sudamericano alcanzándole el cartel al cuarto árbitro.
En concreto el equipo de Diez sigue sin ganar en el torneo, ya suma 5 cotejos en fila sin festejos y el sueño húmedo de entrar al reducido ya se convirtió en una horrenda pesadilla. Empató 2 a 2 este juego demostrando una vez más que no le dio la “Nasta” para ganarlo. Una postal repetida hasta el hartazgo. Antes al menos contra los rivales que venían abajo en la tabla de posiciones se conseguía la victoria, ahora debemos conformarnos que no nos ganen. Es como cuando te roba un chorro, hay que agradecerle que no te hizo nada. Otra temporada descartable la que protagoniza Atlanta. Cuarto año al hilo sin clasificar a la Copa Argentina, y encima el (ex) vecino cerca del ascenso.
En la próxima jornada, la número 30, el elenco de Diez irá a la cancha de Riestra. Se jugará el viernes venidero a las 15 horas. Ya con el prontuario que tiene este rival y con el día y horario que nos acomodaron el partido, sería un milagro que no nos metan la mano en la lata. A esta altura de los acontecimientos es tan importante ver este doparti como mirar los que jugará Villa Dálmine en Puerto Madryn, Chaco For Ever visitando a Brown y Tristán Suárez yendo a Caballito a medirse contra Ferro. Ojalá a la bebida energizante le hagamos partido, pero observando este (pésimo) presente, más que este tipo de infusiones debemos tomar algún buen relajante, de lo contrario tengamos a mano el número del SAME.
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