21 noviembre, 2024

Un lugar, todas las disciplinas

¡Qué Voboríl que somos!

Atlanta

Otra vez lo mismo. Más de lo mismo. Otro torneo tirado a la basura, a la papelera de reciclaje y lo que más preocupa es que terminemos arrojando la permanencia en la categoría al camión de residuos. Terrorífico partido de Atlanta, nuevamente, que de tan repetido puede ser peligroso, ya que nos podemos acostumbrar a este presente sinuoso. Nos resignamos a pasar 38 años en el ascenso, con hinchas que hasta dicen que volver a Primera no es lo primordial, no sería descabellado que ya ganar un partido sea algo excepcional.

Esta vez fue caída 1 a 0 ante Mitre de Santiago del Estero, con el Bohemio que se dio el lujo de jugarlo con un DT interino, Nicolás Barrero, el míster de la reserva. Ya que la semana pasada limpiaron a Orfila post derrota con Ferro. El Chano duró sólo 6 partidos en su cargo en el segundo ciclo en Atlanta. Los resultados y el desempeño del equipo fueron fuleros, pero sacarlo tan pronto fue una decisión que no está atada solo a las actuaciones del Bohemio durante los 90 minutos de cada juego. 

Por la jornada 20, de la interminable Primera Nacional, Atlanta recibía en casa a Mitre de Santiago del Estero, a pesar que era un lunes para conmemorar a Belgrano. El Bohemio se ubicaba a 8 puntos del último equipo que ingresaba al reducido, pero a 7 unidades del segundo elenco que perdía la categoría. Con varios clubes en el medio de cada una de esas tablas de posiciones, la victoria era tan necesaria como guantes, gasas y barbijos en cualquier hospital del país. Por como jugó el conjunto de Villa Crespo, tuvo menos elementos de primeros auxilios que un hospital rural. Con la campaña que se viene haciendo, estamos en un nosocomio de guerra, las urgencias y las malas noticias golpean muy seguido la puerta. 

Nicolás Barrero, que ya sabía que su participación dirigiendo al primer equipo tenía fecha de vencimiento ni bien el referí pitara el final del encuentro ante Mitre, dispuso de estos 11 apellidos: Rago en el arco, que ya es un clásico en la portería bohemia como los Beatles, aunque en esta temporada está lejos de tocar como el legendario grupo de Liverpool. En la defensa estuvieron Carrasco, Pérez, García y Perinciolo, pero estos no son ni John Lennon ni Paul McCartney, defienden con la misma afinación que Pablito Ruíz. En el medio conformaron el Trío los Panchos: Dramisino, Marín y Galeano. Adelante el otro trío lo armaron entre Bisanz, Pedrozo y Berterame, que con suerte harían de coro en Damas Gratis. Atlanta, como habitualmente sucede en todos sus recitales, empleó el 4-3-3 como su principal partitura.

El primer tiempo fue un mejunje de los equipos de Erviti y Orfila. Desorden total en defensa; Posesión boba de la pelota y situaciones de gol más forzadas que elaboradas. Ese cóctel provocó otros 45 minutos decepcionantes. El rival ayudó para cumplir con esos 3 ítems. El tempranero gol de Mitre fue una muestra gratis de lo mal que marca atrás el conjunto porteño. Amparado en ese madrugador tanto, retrasó las líneas y le cedió sin enojos ni reproches la pelota a Atlanta, que volvió a demostrar que tenerla en los pies es más un problema que una solución, que depende que se encienda Galeano para tener esperanzas en el campo. Además, las chances de gol, como la que tuvo Bisanz en la posición de “9” o el remate afuera del área de Carrasco, se sostienen desde lo individual por encima de lo colectivo. Demasiado pequeño para un equipo “Giganti”.

A los dos minutos de iniciado el cotejo Mitre ya pasó por la caja registradora y facturó el único gol de la tarde que con VAR era offside, igual la jugada fue un horror defensivo del Bohemio. Un tiro libre frontal al área local complicó a la defensa de Atlanta, ya que el 10 del elenco santiagueño, Santiago Rosales, punteo el balón con la delicadeza que un amigo guarda un secreto del otro. Rago quedó mal posicionado en ese toque sutil del ex volante ofensivo de Aldosivi y Racing para que en el palo derecho Germán Voboríl empuje la pelota al gol. Nunca un apellido fue tan gráfico para definir a la zona defensiva del elenco de Villa Crespo, que le rindió tributo a las estatuas vivientes, aunque a estas a diferencia de las callejeras si le pones una moneda no se mueven. Quedaron petrificados en el área y de tanto ver obnubilados el balón y no al jugador, se babearon observando a la redonda. 

En el segundo tiempo el interino Barrero no movió la estantería de los cambios, prefirió avalar los mismos 11 player de la etapa inicial. Seguramente que los últimos 15 minutos del primer tiempo, en el que el Bohemio superó al rival más por defectos de fábrica del conjunto santiagueño que por virtudes propias, quiso premiar a los futbolistas por semejante epopeya (?) Pero la cruda realidad volvió a meterle un mazazo a Atlanta. Antes de los 15 minutos del complemento sufrió la expulsión de Perinciolo, doble amarilla. Con más urgencia que convicción hicieron debutar al lateral izquierdo de Celina, Nicolás Mosca por Gonzalo Berterame, que muchos en la tribuna se enteraron que jugaba cuando fue reemplazado.

A los 28 minutos de la etapa final se terminó de prender fuego por completo el Bohemio. Roja directa por cortar una jugada manifiesta de gol a Juan Galeano. Quién en esa maniobra entregó mal la bola y en el afán de frenar al delantero que se iba derecho a Rago, lo jaló de la camiseta para que no entre a la zona restringida del área. Eso sí, el árbitro del partido tardó una vida en señalar la roja, hasta tuvo que charlarlo con el juez de línea, capaz estaba esperando que el VAR le diga de qué color era la tarjeta que tenía que mostrar. 

Más allá de la numerología de jugadores en el campo, de lo conformista que fue Mitre estando 11 contra 9 y casi nunca apartarse de su amarrete libreto, lo de Atlanta fue un espanto con todas las letras. ¡Qué Voboríl que somos! En el segundo tiempo no se llegó al arco rival. Cuando aún la cantidad de futbolistas era la misma para cada bando, el Bohemio avanzó menos que los Supermercados bajando los precios. Desde la octava fecha ante Flandria que el conjunto de Villa Crespo no gana en el Gran León un partido como local, por cierto solo dos triunfos en esa condición en un total de 10 cotejos jugados en Humboldt al 300. Por eso la culpa no puede ser del DT de la reserva, que seguramente no le hayan llevado el apunte, pero él puso el hombro como bombero voluntario de Villa Crespo, las responsabilidades están en otro lado, no alcanza con mirar solo dentro de la cancha.

Es momento de esperanzarse más con malos resultados de Tristán Suárez y Santamarína que de buenos triunfos bohemios. Ya no hay preocupación de cómo salen los partidos de San Martín de San Juan, Independiente Rivadavia, los ex vecinos de Villa Crespo o los dos Estudiantes de la categoría. Ahora nos importan los finales de cada encuentro de Dálmine, Rafaela, Temperley y Güemes. Se tocó fondo, la campaña por actuaciones, resultados y cambios de entrenadores es de un equipo que pelea por no descender. 

Ante la rápida salida de Orfila, la Inmaculada dirigencia bohemia nombró como sucesor del Chano a Mauricio Giganti, que en su currículum vitae viene de dirigir hasta el fin de semana pasado al Ferro de su ciudad natal, el de General Pico la Pampa, en el que cosechó malos resultados. Que ascendió del Federal A al Nacional a Alvarado de Mar del Plata. Que como jugador surgió de la cantera de Boca, que era un burocrático delantero que en la temporada 97/98 jugó en Atlanta. El miércoles asume este fierro caliente que esperemos pueda saber domar. Firmó hasta diciembre de 2023, pero en el fútbol los resultados serán los que definan su estadía en el Bohemio y no lo que marque la duración legal del contrato. 
El próximo lunes y por la jornada 21 de la Primera Nacional Atlanta visitará Villa Soldati para medirse ante Sacachispas, un equipo que primero fue de ficción y luego de carne y hueso. Será el debut de Giganti al frente del elenco bohemio, ojalá le haga honor a su apellido y su trabajo sea de ese tamaño, aunque daría la impresión que las cartas ya están echadas, con un equipo desanimado, plagado de errores y con un mercado de pases que se lo desaprovechó trayendo apuestas y no certezas. 

El flamante entrenador para el encuentro ante el club que nació en la revista El Gráfico y en la pluma de Borocotó, no podrá contar con Galeano y Perinciolo ambos expulsados. Además, es baja por lesión en los meniscos de la rodilla Maxi González, que en el juego frente a Mitre lo reemplazó el debutante Federico Marín, ante este momento desilachado que vive el Bohemio puede jugar de “5” Busquets y ser un desastre también. Esperemos que el resto de los futbolistas apoyen está vez al nuevo DT, que más que conocimientos futbolísticos debería tener aprobado un curso de magia, este presente nauseabundo necesita más de René Lavand que de “El Toto” Lorenzo. Recemos que ante el Lila, Giganti consiga sacar un conejo de la galera.