29 abril, 2025

Un lugar, todas las disciplinas

Racing Club 2 Botafogo 0

Racing Club. La Voz del Hincha.

pasó por arriba a Botafogo en el Cilindro y le hizo precio. Volvió a pasar, de nuevo esa bipolaridad que venimos marcando. Esta vez tocó el polo positivo, por suerte y de manera oportuna. Anoche jugó con el alma y borró a su contrincante de la cancha. Todavía falta un partido, pero ¡¿cómo no ilusionarse con estos tipos?! Si demuestran que tienen sangre en las venas, que están metidos, que quieren gloria.

Muchos años criticamos esta falencia de los equipos de , porque les reclamábamos que no ganaban los partidos que “había que ganar”. Bueno, ahora se gana; pero no solo eso, sino que, además, se pone huevos, se corre y se juega. Y así no podés perder, y si lo hacés bueno, será con la frente bien alta. Pero no vamos a perder, porque además de toda la actitud del equipo, tenemos unos jugadores que son unas fieras. Y anoche lo demostraron.

estuvo muy sólido atrás, donde se destacó Colombo en la cueva cortando todo mínimo intento de Botafogo. En el medio dos leones, Zuculini y Nardoni, que no pararon de correr y recuperar pelotas. Los laterales, con menos desbordes que otras veces, cortaron todos los intentos del rival por escalar por los costados. Y la delantera, demoledora.

El primer tiempo fue puro corazón, con poco juego por abajo pero bien vertical. Allá, para que se maten los delanteros. Así logró el penal y el triunfo parcial. Impecable ejecución de Vietto. Nos fuimos a descansar con el 1 a 0 arriba, pero con una deuda futbolística de . Deuda que luego saldó rápidamente en el segundo tiempo donde, de movida, ya se notó un con más tenencia, más juego y ganando más terreno. Creo que la entrada de Zaracho por Vietto lesionado, oxigenó el medio y le dio lugar a la participación más activa de Martirena por derecha. Ayudó mucho en la marca y liberó de cargas a los dos cincos que pudieron recuperar y jugar con más claridad.

Lo de Salas y Maravilla fue un capítulo aparte. Salas demolió a los rivales, no lo podían parar, incansable. Se llevó puesto a todos, obligó, metió, corrió y asistió. Una potencia pocas veces vista. Y Maravilla, un jugador extraordinario. Astuto, atento, intenso, volvió locos a los defensores brasileros, que ya no sabían cómo marcarlo. Por eso le hacen el penal, pero además está siempre un segundo adelantado, hace fallar a los defensores con un simple toque con el hombro o un giro oportuno; y sin ser rápido, siempre se las arregla para quedarse con la pelota. Y encima, en el gol, definió como los dioses.

Nos quedamos con la sensación de que pudimos haber cerrado la serie acá, porque tuvo al menos dos chances más (una de Nardoni y otra de Salas en un rebote del disparo de Martirena), porque Botafogo estaba totalmente perdido. Pero no importa, siempre es así, siempre es sufrir y así será, sufriendo.

Un equipo…una hinchada…

transmitió emoción. La de Vietto al convertir el penal, la de Costas que salta y corre como si fuera un chico, la de los pibes que salieron de , la de todo el equipo y la de los hinchas, que vemos que el equipo quiere ganar. Y gana. Anoche fue uno de los mejores partidos que jugó en los últimos tiempos. ¡Ahora, a ganar en Brasil! ¡Aguante carajo! La figura: Maximiliano Salas y/o Maravilla Martínez (elijan ustedes, yo no puedo).