6 junio, 2025

Un lugar, todas las disciplinas

Respeten los “Ragos”

Atlanta vs Almagro

Atlanta. La Voz del Hincha.

El partido se moría, ya estaba agonizando, todos los familiares y amigos llegaban al nosocomio donde estaba internado. Le habían tomado las medidas para que ingrese correctamente en el cajón, ya estaba elegido el lugar del velatorio para darle el último adiós y hasta lo visitó el sacerdote del barrio para darle la extremaunción. Pero apareció ese instante de suspenso, de drama, de esas jugadas que te calan los huesos con un frío aterrador, que hasta en la heladera de un frigorífico sentís más calor.

Todo nació de un tiro de esquina, de esas típicas maniobras en el que la pelota parada emula a una audiencia de conciliación en el que se intenta igualar a las partes. El centro fue al corazón del área, y nosotros tenemos por costumbre dejar que nos ganen en el juego aéreo, somos generosos en la cancha de arriba. Metieron el testazo como sospechaba más de medio estadio. “Pancho” Rago detuvo el cabezazo con un puñetazo fuera de su catálogo, lejos de su colección habitual de recursos humanos, ya que despejó el balón al medio, como no aconsejan los libros de autoayuda en el fútbol. La pelota le quedó flotando abajo del arco al “19” contrario, era gol en todas partes, era el empate sin que el destino te ofrezca revancha. Aun no entiendo que pasó, como logró llegar al rincón de los acusados en el que se transformó el caño izquierdo de nuestro arco. Ya la causa estaba sentenciada, era cosa juzgada y la pelota besaría la red en el último suspiro del encuentro. Pero una mano mágica, milagrosa, épica de su santidad Francisco Rago evitó la igualdad, frenó nuestro mal humor y confirmó que es el mejor arquero que vimos en las últimas décadas. Ya sé que aquí tuvimos a Carnevali, a Gatti, a Rocha, al fundador Bolinches y a Llinás, pero “Pancho” es especial, es místico, tiene algo distinto a los demás. Ya su nombre se graba en letras doradas en la historia de nuestro club. No sé en qué lugar del cuadro de honor estará, pero hace tiempo que sacó pasaje de ídolo en la institución de Villa Crespo. Esa atajada supersónica, prohibida de emitir en horario de protección al menor, se festejó en las tribunas del León Kolbowski como un gol. Fue un júbilo de desahogo, un cóctel de emociones, que paralizaron los corazones, que nos quitaron algunos minutos, horas y hasta días de nuestra vida, pero valió la pena, salimos ilesos y contentos festejando el 1 a 0 ante Almagro. 

Por la fecha 10 del torneo que oficia de guardaespaldas de la Primera División se enfrentaban y Almagro en Villa Crespo. El dueño de casa estaba obligado a sumar de a tres para seguir en lo más alto de su zona, ya que el fin de semana San Martín de Tucumán le ganó 2 a 0 a Alvarado en MDQ y se trepó a la cima. Para este duelo ante el Tricolor, nuestro entrenador, “Gorras García”, le iba a faltar una pieza fundamental en la cueva. Afuera por acumulación de amarillismo estaba Caín Fara, que después de un arranque de campeonato algo dudoso, hoy para nosotros es tan importante en la defensa como el petróleo en Venezuela. Su reemplazo fue Rodrigo Moreira, que llegó con la esperanza de ser el oro negro y aún es una mina que nunca fue explotada, porque Fara levantó tanto su rendimiento que ya es nuestra Vaca Muerta. Igual, no desentonó el nuevo gasoducto del fondo, es cierto que no es tan dúctil con el esférico como Caín, pero en el mano a mano no lo pasas tan fácil, no lo convences ni regándole una docena de barriles de nafta. El resto de los mineros fueron los mismos que jugaron la jornada anterior en los yacimientos de San Miguel. 

El primer tiempo fue incómodo para . No fluyó el juego, Previtali tenía invitados en el living de su casa, Almagro estaba decidido a oficiar de juanete en los pies de nuestros mediocampistas y bloqueaba cualquier intento de asociar el juego. Había un cepo para manejar el esférico y no teníamos una banda flotante de fútbol que nos acerque a las divisas del gol. Si lo tuviéramos al Messi de las finanzas por ahí le pedía una nueva ayuda monetaria al Fondo, nos endeudaba hasta el año 3028 y nos juraba que esta vez no sería igual al 2018. Coronel al lado del “5” aporta menos que Galperin al fisco argentino. Sumado a lo ya mencionado, que Moreira tiene el pie más rústico que Fara para transportar el balón, ahí también perdíamos un eslabón para iniciar el juego. Había buenos movimientos del “9” Marcos Echeverría, como un presagio de lo que la noche tenía reservada para él. Acostumbrados a observar de centrodelanteros a distintas versiones de la Momia de Titanes en el ring, su juego de espaldas al arco era un deleite como ver en vivo y en directo el cortito de Martín Karadagian. Pero los extremos casi en fotocopia a color de su partido en Los Polvorines, seguían sin romper el molde. En vez de ser anchos como Peucelle, con el correr de los minutos Ambrogio y Fedele se parecían más a William Boo. Encima, el propio Fedele falló una clarita. Le quedó la pelota con el arco semi desnudo para abrir la cuenta, pero no se animó a rematar de primera y al estilo de los especuladores de nuestro campo no liquidamos la cosecha. Por suerte, aquí no tenemos a ningún Javito qué nos apriete con futuras subas a las retenciones, aunque a este ñato dudo que le saquen los tractores a la ruta.

Para el segundo tiempo el míster Luís García mantuvo el mismo equipo, aunque ya Coronel subió de rango, fue general y adelantado en el campo monopolizó la palabra de la pelota. Con su vozarrón de conductor se puso a charlar con el pase como idioma universal para manejar las riendas del match. Seguía sin estar 100 % fino en su especialidad, la pelota quieta. Pero ya en el complemento calibró mejor la mira y sus envíos tenían más peligro. Pero de este futbolista siempre esperamos más, no alcanza jugando en cómodas cuotas. Arrancó el torneo para ser titular indiscutido, pero hoy su lugar de privilegio no lo tiene garantizado.

Se cumplían 25 minutos de la parte final, Valdez Chamorro fue el comandante de la parte de adelante como diría Andrés Calamaro. Soltó la pelota Sin documentos para armar una Alta suciedad con Fedele, que no llegó a conectarla de primera, pero recogió el rebote de una defensa rival que no estaba para aplicar Crímenes perfectos. En segundas nupcias le quedó al puntero derecho Bohemio, agachó la cabeza sabiendo que algún lugar encontraré y aunque el elemento buscaba en el Lunes por la madrugada a Ambrogio, la pelota se topó con Marcos Echeverría, luego de un despeje a medias del “5” del Tricolor que sería una Dulce condena. Nuestro “9” metió una chilena Para no olvidar, un golazo infernal, el primero de su carrera, que podríamos estar viéndolo Mil horas. Este gol bestial 10 años después seguirá siendo contado por cualquier hincha de en algún Minibar, en el Estadio Azteca, a una Flaca, y a cualquier amante del fútbol (y de la música).

Con el golazo planetario de Echeverría, Lucho García comenzó a querer oxigenar al equipo abriendo las ventas de los cambios. No me gusta a título personal meter 3 variantes de un tirón, te puede pinchar y planchar el rendimiento, confundirte, y muchas veces los players que ingresan necesitan un tiempo de adaptación en el encuentro. Pero el que sabe es el DT y decidió mandar al campo a Fausto Montero, Fede Bisanz y Erik Bodencer. Abandonaron la sesión los jugadores Valdez Chamorro, Coronel y Echeverría. Este último cambio era lógico porque ya estaba fundido el goleador. Pero era arriesgado quitar a la par a los dos volantes creativos. Jorgito o el Topo, alguno debió mantenerse en el campo. Al ratito Tolosa entró por Ambrogio, obviamente de otras características. Es como querer cenar un bife de chorizo y terminar morfando un té con pan duro. Lamentablemente, en un país que prioriza al que tiene plata en el bolsillo, cada vez más gente se va a dormir con la panza vacía. La última modificación puso en su lugar en el mundo a Tolosa, ya para no volantear sino para moverse de “3”. Ya que se lesionó Rojas y debieron resetear la defensa. Ferracuti jugó de “6” (su posición nativa) y lo acompañó en la extrema izquierda el que tiene apellido de localidad del partido de La Plata. Entonces, ingresó Tomás Díaz por Rojas y todo se ordenó orgánicamente. 

Cuando el doparti ya se estaba consumiendo apareció esa atajada memorable de “Super Pancho”. Parafraseando la frase del motorcito de la Scaloneta, Rodrigo De Paul, que fue meme y estampa de remera, “Respeten los Ragos”. Esa tapada del “1” de Atlanta puede tener millones de reproducciones, miles de likes, comentarios subidos de tono y todo lo que usted se imagina. Para los hinchas bohemios, que la festejamos como un segundo gol en el cotejo, será una atajada que está en el altar de las mejores de todos los tiempos. Me dirán que exagero, que soy fanático, pero esa jugada emula a las intervenciones del Gordon Banks a Pele en el Mundial del 70 o la de Dibu a Kolo Muani en Qatar 2022. Mirá Scaloni que “Pancho” es argentino y si se te manca alguno en ese puesto, este fenómeno barrial a diferencia de otros no te deja nunca a gamba.

La figura, LA atajada…

con sufrimiento se tatuó la quinta victoria en el certamen, todas atrapadas en el Gran León. En el podio de los mejores del partido obviamente está el “1”, pero también es obligatorio incluir a José Gómez. El lateral derecho pasa con criterio al ataque, cierra con candado su costado defensivo y no deja que ningún títere del ataque rival le mueva sus hilos. Es una revelación, hasta aquí la Cenicienta del equipo, ojalá no le llegue nunca su hora de calabaza. El otro que respondió fue Rojas, máxima seguridad en la retaguardia y aportes especiales para conducir la bola desde el fondo. Podría nombrar chispazos de Valdez Chamorro, movilidad reducida pero atinada de Ambrogio y solvencia de Moreira. Pero a esta altura ya no interesa, lo único que se festeja son los 3 puntos abrochados contra Almagro. Que permitieron a los simpatizantes del Bohemio salir del estadio cantando por las calles de Villa Crespo todos los hits del Spotify de la hinchada.

La próxima jornada toca ir a la cercana estación de Caballito, para visitar al popular Ferro. Ese que se parece bastante a nosotros o nosotros nos parecemos a ellos. Aunque en verdad es Atlanta el que viene teniendo más tiempo ininterrumpido en el fútbol de los sábados. El Verde lleva 2 décadas en este periplo, nosotros lo duplicamos. Así que seríamos como un hermano mayor, y ojalá que en la casa de este pariente logremos triunfar por primera vez en rodeo ajeno. No será sencillo, pero para seguir en lo más alto del árbol genealógico, alguna vez también hay que ganar en la vecindad del rival y esperemos que en otro barrio porteño sigamos festejando como nos viene pasando en “Brilla” Crespo.