Respira, el Xeneize sigue con vida en la Copa Argentina

Boca Juniors.

En una noche tensa y dramática en Mendoza, logró sortear un obstáculo crucial ante Talleres de Córdoba en los octavos de final de la Copa Argentina. Lo que se vivió en el Estadio Malvinas Argentinas fue una verdadera final anticipada para , que afronta cada partido con la presión de la historia y la expectativa de sus hinchas.

Desde el inicio, mostró su intención: dominar el balón y llevar la iniciativa. El equipo dirigido por Diego Martínez salió decidido a buscar el triunfo; y esa ambición, se reflejó en los primeros minutos del encuentro. A los 16’ un desborde por la izquierda de Aguirre, con la pelota aparentemente fuera del campo, terminó en el primer gol de la noche. La polémica se desató de inmediato, pero el árbitro validó la acción.

Lejos de desmoronarse, Talleres reaccionó rápidamente. Tan solo unos minutos después, Girotti, con un preciso remate cruzado igualó el marcador, haciendo estallar a los hinchas cordobeses. Con el empate, el equipo dirigido por el Cacique Medina ganó en confianza y por momentos le arrebató el protagonismo a .

El partido se tornó tenso, con ambos equipos buscando imponerse en el mediocampo y reclamando constantemente al árbitro. sufrió dos decisiones arbitrales que cambiaron el rumbo del encuentro: un penal no cobrado a Medina en el primer tiempo -cuando la pelota era punteada ante la salida de Herrera- y un gol anulado a Saralegui -por una posición adelantada a Zeballos inexistente, lo que pudo haber sido el segundo para -.

Con el 1-1 en el marcador, el destino del partido se selló en los penales. Allí, los verdaderos protagonistas fueron los arqueros. Leandro Brey, el joven guardameta de ; no solo atajó con firmeza uno de los lanzamientos, sino que además se animó a ejecutar su disparo y lo convirtió. En contraste, Guido Herrera, el arquero de Talleres, falló su penal decisivo enviando el balón afuera y entregándole el pase a cuartos de final a .

Lo que parecía ser una final adelantada para terminó siendo un alivio. Con el triunfo en los penales, sigue en carrera y respira más tranquilo. Una bocanada de aire para un equipo que sabe que siempre está obligado a ganar.