23 diciembre, 2024

Un lugar, todas las disciplinas

Dos finales.

Vélez Sarsfield.

Finalmente se disputará los esfuerzos de un año en dos partidos. El primero será el día de hoy, miércoles a las 21.10, contra el difícil Central Córdoba de Santiago del Estero por la final de la Copa Argentina. Con tan solo cuatro días de descanso, apostará su suerte en el campeonato ante Huracán, el domingo a las 19.30 en un Amalfitani que promete lleno completo. Depende de sí mismo.

Nuevamente una organización insólita del calendario, poco decorosa, con el aspecto del Chiqui Tapia, perjudica a que no tiene descanso entre dos épicas finales y que exigirá al máximo a un equipo que casi no tiene es nafta. El combustible le duró a hasta octubre.

Tras aquellos insultos de Elías Gómez a Quinteros en el Monumental, a se le empezó a cerrar el arco, sus jugadores ofensivos se quedaron sin energía. Ya no hubo goles de Braian Romero, ni geniales
asistencias de Aquino, más que a cuenta gotas. Ya no existieron los desbordes de Pizzini y
Thiago Fernandez, quien lamentablemente se rompió los cruzados. Tras aquel episodio en River, tres victorias, seis empates y la única derrota ante Unión -justo en el partido que si ganabas asegurabas el
campeonato-.

Psicológico lo de este , al cual parece no haberle dado la nafta para cerrar el campeonato; pero a la vez, cuando estuvo por quedarse afuera ante Boca en Copa Argentina, sacó pecho en el peor momento. ¿Qué oficiará hoy?.

Mucha de la suerte de se comenzará a definir esta noche ante un viejo conocido por los pasillos de Liniers. De Felippe, viejo zorro, que agarró al equipo santiagueño para salvarlo de un ya suspendido descenso y lo llevoó a esta final, dándole vuelta los partidos a Temperley y al mismísimo Huracán, que se comió la oportunidad de tener una doble revancha. El ex combatiente es un DT que no regala nada, y su combativo Central Córdoba promete ser un durísimo escollo para este pálido que se vio ante
Unión. Digo más, si ese es el que se va a ver en este partido, hagámonos a la idea de que no tenemos chance.

Lo de ante Unión fue apático, no se notó que fuera el que tenía que ganar para salir campeón; por el contrario, fue el partido más flojo que jugó en estos meses. Sin espíritu de lucha contra un rival que corrió como nunca. El resultado fue justo; y aun así, jugando apático, Braian pudo haber puesto en ventaja a en un mano a mano -hasta hubo lugar a la polémica por el penal no cobrado contra Pizzini. Tercer penal que no le cobran a (Belgrano – Lanús – Unión).

Si , sin apretar y jugando gris, pudo haberse llevado el encuentro contra Unión, eso hace pensar que poniendo lo que hay que poner en una final, hay posibilidades de éxito. El tema es, ¿hay energías? Sabemos que las finales son partidos apartes, muy emocionales; y como tales, se puede esperar que tire el plus que hace falta para imponerse. Ctral. Córdoba no es un equipo que se refugia como los que suelen incomodar a , más bien intenta jugar, de presionar alto y meter. ¿Habrá tomado nota De Felippe de que es clave no dejar salir cómodos a los centrales de ? El Kily entendió a la perfección esa idea.

Ante las dudas de si mostrará su mejor cara en esta final, cabe recordar que este plantel ha demostrado ser resiliente desde que peleaba el descenso, hace ya más de un año. Se impuso a la presión de su gente, a los tremendos fallos arbitrales en contra que de los que fue objeto durante aquel fin de competencia y logró salvarse en una final con Colón, donde casualmente jugaban Wanchope (hoy en Huracán) y Botta (hoy en Talleres). Volvió a mostrar resiliencia tras perder 5 a 0 (y fue precio) en el Monumental. Al siguiente encuentro y en una noche épica, venció agónicamente a Gimnasia y de allí en
más solo perdió cinco partidos, llegando a esta situación de doble final en la que se encuentra hoy día.

La tercera muestra de carácter fue aún más sufrida, cuando en 5’ le dio vuelta el marcador a Boca para acceder a la final de hoy. Es un conjunto que por ello merece respeto. La esperanza de que saquen
energía de donde no se ve, es fundada; y esperemos, que no nos decepcionen a los hinchas y que nos den una actuación que venga acompañada de una nueva estrella -sería la primera en Copa Argentina-.

comienza a jugarse doce años de sufrimiento y dolor. Paradójicamente el 2023 fue un muy mal año, que terminó con una gran alegría aquella tarde contra Colón; 2024, ha sido todo lo contrario, una campaña soñada que podría ser amargada en los últimos dos encuentros, y aunque ello no quitaría el acceso a Libertadores, (el objetivo inicial de un equipo que comenzó último en los promedios) sí es cierto que sería un trauma para el hincha.

, la hinchada, los jugadores, los dirigentes y el CT merecen un premio a los esfuerzos realizados.