22 de junio de 2020
Ni el más fanático de los hinchas de Estudiantes podía imaginar que el 22 de junio del ’96 terminaría con la mayor alegría de su rica historia. Para algunos, equiparable al ascenso a primera del ’77; para otros, esa tarde fría de la cancha de Chacarita no se olvida más y se recuerda de generación en generación.
Es que ese día de 1996, Estudiantes no sólo ganó el Reducido que lo depositó en la actual Primera Nacional sino que triunfó ante su clásico rival, Almagro. Y lo hizo con una goleada por 5 a 1, que terminó en una fiesta eterna ante una tribuna local vacía de espectadores (los hinchas del Tricolor se retiraron cuando el encuentro iba 4 a 1).
Sin dudas cuesta encontrar goleadas en finales, pero de lo que no hay antecedentes es que encima sean ante el eterno rival. Estudiantes había tenido un inicio de temporada irregular que terminó con el cambio prematuro de técnico: Victorino Vega le dejó su cargo a don Ricardo Trigilli, el mismo que llevó a la gloria al Pincha en el ’77.
Un dt nuevo con experiencia llegaba a un equipo que, en definitiva, se había armado para evitar el descenso a la C, pero que con el correr de las fechas fue junto a Italiano y el mismo Almagro, animador del Apertura y Clausura.
Sin embargo no llegó a ganar ninguno de los dos y empezó su camino en el Reducido con triunfos ante Tristán Suárez y San Miguel (éste último sufriendo hasta los últimos minutos para asegurar el pase a la final).
Del otro lado llegaba un Almagro golpeado por haber perdido el campeonato con Italiano, pero con grandes individualidades como Yaqué y Santillán.
Para agregar mayor suspenso, la primera final terminó 2 a 2 y todo quedó para definirse, una semana después, en San Martín. Y ahí Estudiantes se hizo dueño del barrio con goles de Ferrari por duplicado, Cordone, Javier González y Robles, y desató una fiesta que 24 años después se sigue celebrando.
Salud campeón!!!
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