
Boca Juniors. La Voz del Hincha.
Cuando parecía que había encontrado el rumbo después del cachetazo copero, tropezó inesperadamente en Rosario. Porque la excursión en la previa no parecía riesgosa, pero se encontró contra un equipo que jugó como si fuera una final y que expuso la liviandad con la que
salió a jugarlo.
Se notó de entrada, cuando el local peleaba las divididas y en la forma en que se puso en ventaja. Saque de arco, la peina el grandote y el extremo que le gana al trotecito displicente de Blondel para definir cruzado. Después Ñuls se paró de contra, le cedió la pelota y apostó a que el medio cansino y sin cambio de ritmo de equivoque alguno de todos esos pases hacia atrás sin sentido para generar algún riesgo.
Pero fue con un centro (sííííí, un solo centro contra con los muchísimos que tiró sin acertar ninguno) dónde Banega encontró una cabeza y antes de que termine el primer tiempo el local pudo ampliar el resultado.
El segundo arrancó con varios cambios de Gago (sacó a Delgado, que era el único que jugaba para adelante), aparecieron esos errores en los pases intrascendentes y el local pudo ampliar la ventaja, pero los palos lo impidieron. Justo en el peor momento (se vuelve a lesionar Ander) Cavani inventa una jugada y después de 40 partidos dispone de un penal para meterse en partido. Palo en la ejecución y palo en el rebote, para terminar de redondear una noche para el olvido.
Quedaron 30 minutos para demostrar que tener pelota y campo no presupone jugar mejor ni generar peligro. Volvieron los fantasmas, para un CT que se sigue equivocando y para jugadores que parecen no entender que camiseta representan -ni los que tienen conductas poco profesionales ni los que siguen firmando autógrafos en cada lugar que vaya a jugar el equipo-. Lo peor, es que parece no importarles seguir fallándoles.


Otra vez un paso atrás, veremos si vuelven a recuperar el crédito que por la actitud de anoche volvió a quedar al descubierto…
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