
Atlanta. La Voz del Hincha.
Arrancamos el campeonato con el pie derecho, el de Santiago Coronel, que tiene un pincel en cada uno de sus dedos. Con la musa inspiradora del Turco Previtali, que con su clase elegante y audaz, representa él solo en el mediocampo al Guernica de Pablo Picasso. Con las manos de Da Vinci Rago, la defensa al óleo de Tomy Rojas y un equipo que aún tiene muchos litros de pintura para dar, venció 1 a 0 a Deportivo Madryn. Sin ser una Noche estrellada, sin conseguir el fútbol de La Gioconda, el hincha ya se ilusiona que su cuadro lo represente mucho mejor esta temporada en el museo de bellas artes que algunos llaman Primera Nacional.
En el estreno del certamen telonero de la máxima categoría en el fútbol hogareño, se midió en su coqueto estadio con Deportivo Madryn. Ambos equipos mantuvieron a los DT que terminaron en el banquillo de los acusados en 2024. Tanto Luís García en el local como Leandro Gracián en la visita, mantuvieron sus puestos de trabajo. Desconocemos si lograron una mejora salarial o alcanzaron un aumento en los porcentajes risueños de muchos sindicatos que se abrazan más con el Gobierno que con los trabajadores.
No los voy a marear nombrando a cada uno de los refuerzos que trajo para afrontar el 2025, ni redactar la lista sábana de bajas. Solo merecen una mención de honor su majestad Francisco Rago, que regresó al arco de
, y Jorge Valdez Chamorro, que también pegó la vuelta para alimentar nuestro mediocampo. Dos tipos queridos por el pueblo de Villa Crespo, que decidieron retornar a casa. El resto de los nuevos, ojalá también se incorporen a esa galería de jugadores adorados por el simpatizante bohemio.
Para el estreno Luís García decidió que su equipo se comunique en la cancha con la táctica 4-1-4-1. Como no podía ser de otra manera en el arco estuvo Rago. La defensa la orquestaron Flores, Fara, Rojas y Ferracuti. El volante más retrasado fue Previtali. Los otros 4 más adelantados fueron Fedele, Montero, Valdez Chamorro y Coronel. De centroforward jugó Bauman. La idea madre del equipo se vio en los primeros 30 minutos. Presión agobiante a los defensores rivales, una voracidad artesanal para recuperar la pelota y una búsqueda constante de iniciar por afuera para finalizar por adentro. Por momentos al equipo le faltó ese epílogo en sus ataques, pero en un debut con victoria no existen los reproches, mejor tápense la boca con un broche.
En el primer tiempo fue un poco mejor , solo que nos faltó rematar las jugadas de peligro. Los dos tiros de gracia más contundentes nacieron en los pies del “3” Ferracuti, que ya en su carta de presentación confirmó que tiene un buen disparado de media distancia. También, se observó que con Fara en la cancha hay que jugar con 12, es necesario ponerle un custodio al lado porque sus tomas de decisiones en la última línea son muy peligrosas. Además, tengo la teoría que Valdez Chamorro jugando del medio hacia la izquierda se pierde como ciego sin su lazarillo. El ratito que se estacionó por la derecha mostró más orientación y su nivel le levantó unos centímetros. Es cierto, que aún se espera más de Jorgito, pero igual tiene crédito abierto y pronto nos deleitará con su repertorio. Aunque al descanso nos fuimos en tablas, había esperanza en las gradas del León para ganarlo en el complemento.
Sin meter mano en el equipo para disputar la segunda mitad, logró lo más difícil en este fútbol parejo (y aburrido) que fue abrir la cuenta muy rápido, antes que la histeria les gane a los simpatizantes y eso haga contaminar de murmullos y rezongos el ambiente del Kolbowski. Ya que a los 2 minutos de iniciado el segundo tiempo apareció un tiro libre para el dueño de casa, al costado izquierdo de nuestro ataque. Fue en ese momento que vi pararse junto al balón a Carlos Gardel. Cualquier mortal me diría que esa pelota detenida iba a ser ejecutada por Santiago Coronel, pero créanme que ahí estaba parado el morocho del Abasto. El envío del ex jugador de Morón fue mágico y por una cabeza de Tomás Rojas empezamos a ganarlo en el amanecer del segundo acto. Conexión velezana en el tanto de Atlanta, ya que ambos futbolistas hicieron inferiores en la Villa Olímpica. El centro de Coronel, que es el general de cada pelota quieta para el elenco de Villa Crespo, fue de sastre, a la medida exacta de la cabeza del “6” Bohemio, que completó la gesta metiendo la testa. No quiero exagerar, pero la última vez que tuvimos un ejecutor clase business en el balón detenido, estaría gobernando Argentina, Raúl Alfonsín.
Con el resultado a favor y con los cambios de jugadores, el control del partido se modificó de bando. se fue a la retranca, el balón abandonó la sesión y se agrupó más cerca de los players de Madryn. En ese lote de variantes que insertó el DT Bohemio, el que mejor ingreso fue el debutante Ambrogio, desfachatado y provocador, un Jorge Lanata de los años 90. Ojalá no termine tranzando con el Grupo Clarín y vendiéndose al mejor postor. Pero sus primeros movimientos levantaron suspiros en la platea local. Las lesiones y sus piernas de cristal son sus enemigos más íntimos, pero le sobra talento en las venas.
En el podio de los mejores del cotejo se destacan las manos argentinas de Rago, que te da tanta seguridad que con él vas tranquilo por el conurbano bonaerense. Ese que sale en los medios televisivos como el gran karma de la provincia, para tirarle tierra al gobernador de estatura small que no banca la Nación. El otro que merece un cuadro de honor es Previtali. La rompió solito en el medio. Otra vez la novela turca lideró el primer time del centro del campo. Nivel premium. Cuando no tiene inquilinos en su sector y es único dueño, se siente cómodo como pez en el agua. Y el otro que se agregó al álbum de figuritas es el mencionado Coronel. Panorama para transportar el balón, pegada deliciosa en pelota parada e iniciativa para jugar con sus compañeros. Inamovible en el equipo de etiqueta.

Es cierto, que se sufrió en el final, que fue un parto el cierre del doparti. Con los 7 exagerados minutos que dieron de adicionado ya varios estábamos pidiendo turno con el cardiólogo. Pancho Rago salvó un par de pelotas en su arco que fueron galácticas y el hincha en las tribunas no dudo en entonar desde sus gargantas en un grito de desahogo el apodo de su arquero.
El pitazo final del árbitro, que creo que siguió amonestando futbolistas de mientras cenaba en su casa, fue un bálsamo de felicidad para la torcida de Villa Crespo que espera que la sequía de más de 40 años sin tocar primera llegue a su fin. Igual, hay que tener los pies en la tierra, recién se jugó la primera fecha. Ya pasaron las ballenas y el próximo será el Torito de Alvarado en MDQ, esperando que también tengamos un triunfo de “P*ta Madryn”.
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Espantoso