
Atlanta. La Voz del Hincha.
Yo tengo Fedele, que todo cambiará
Que triunfará por siempre el Bohemio
Yo tengo Fedele, que siempre brillará
La luz de la esperanza, no se apagará jamás
Yo tengo Fedele, yo creo en el amor
Yo tengo Fedele, también mucha ilusión
Porque yo sé, será una realidad
El mundo de justicia que ya empieza a despertar
Jugando con la canción de Ramón Bautista Ortega Saavedra, más conocido como “Palito” Ortega, se trajo un empate milagroso en su visita a Nueva Italia. El gol de Lautaro Fedele nos puso el Corazón contento, ya que un Muchacho como yo no quería ver perder por primera vez al Bohemio en el torneo. Hicimos todo lo posible para irnos derrotados, tuvimos una actuación muy Despeinada, ni Media Novia podíamos conseguir jugando así, pero un error del arquero rival, nos regaló una igualdad que nos deja invictos y punteros en la zona. Viva la vida y Villa Crespo que de este mundo son lo mejor.
Por la séptima fecha de la zona A de la Primera Nacional había duelo de punteros, ya que visitaba a la Academia mediterránea, Racing de Córdoba. Y lo que menos dimos fue clase, no llevamos ningún útil escolar a la cancha, reprobamos hasta recreo y si nos presentábamos al examen PISA, habríamos pedido una grande de muzzarella. Por esas cosas más del fútbol que de la educación, rescatamos un empate ante un rival que sin ser el traga del aula fue mejor alumno, respondió todas las preguntas y hasta una manzanita le regaló al árbitro. Pero no lo remató y una desaprobada intervención de su arquero le arruinó el boletín de calificaciones y terminó sacando un 1 a 1.
El míster Luís García, para este chivo partido, decidió cambiar más de medio equipo con respecto al que le ganó sobre la hora a Los Andes. Metió seis modificaciones. Algunas inexplicables. Para mí le hackearon la cuenta de DT, al estilo José Luís Espert. Solo un enemigo arma el engendro que puso en el campo y solamente un boludo se olvida de desactivar una publicación de una criptoestafa. El entrenador optó por salir a la cancha con un pentágono de defensores, es como usar un chaleco antibalas para arrojar unos Chaski boom. José Amado Gómez reemplazó a Flores, a Fara como era lógico lo mantuvo, pero le rodeó la manzana con más gente a su cargo. Moreira jugó por Rojas, sumó a Ferracuti, pero lo dejó a Tolosa, para que seamos felices los cinco. Sacó a Montero, Coronel, Ambrogio y al pibito Echeverría. Adentro también Tomás Díaz, Federico Bisanz y Eric Bodencer, que es el primer delantero alérgico al gol. Nos comunicamos con la característica telefónica 5-3-1-1. Nunca tuvimos tono, todas las líneas estuvieron congestionadas y nuestro fútbol fue más antiguo que un teléfono público.
Jugamos un primer tiempo espantoso, por no decir todo el partido. En el “Lollapartuje” que fue el planteo diseñado por García no tuvimos ningún show musical a la altura de nuestra historia. El equipo solamente ofreció un evento de recitales defensivos. Con la pelota en los pies desafinábamos y nunca nos subimos al escenario para generar jugadas de peligro. Y a los 16 minutos de arrancado el espectáculo apareció el sonido ruidoso del gol de ellos. De un tiro libre en formato de centro cayó como un meteorito la pelota a nuestra área. Sucede, que cada envío a esa zona oficia de pogo y nos desarma a la hora de las marcas. La ejecución de su “10” Germán García fue bien entonada y su “2” Martín Albarracín le puso la voz para cantar una que sepamos todos. Había fiesta en el estadio, Racing de Córdoba pasaba al frente y Atlanta ya era castigado por un número musical tan berreta como pagar una entrada para escuchar rapear a Juan Acosta.
Para el segundo tiempo el Gran DT(?) Demostró que la pifió con el planteo y con algunos ingredientes con los que condimentó al equipo titular. Afuera Ferracuti y el “Catita” Díaz, para cambiar esquema y poner en la cancha un menú con más calorías en ataque. Ingresaron Ambrogio y Coronel, dos chefs que no pueden faltar en el staff principal. De todos modos, la pelota seguía siendo prohibitiva como cada vez para más argentinos cumplir con las 4 comidas diarias. Entre Rago y el “Cuti” Fara, que cada partido defiende mejor, nos salvaron que la Academia cordobesa nos termine de cocinar, que nos mande a dormir sin postre. También, vinieron desde el banco Cristian Cuenca, que luego de algunos préstamos seguidos en el fútbol del ascenso, esta temporada se quedó en el bufé de Villa Crespo. Y el otro que se sumó desde la cocina de los suplentes fue Lautaro Fedele. Arafue terminaron Valdez Chamorro y Bodencer. El melli Bisanz se reubicó de “9”, Cuenca se incrustó a la derecha de Previtali y Fedele fue el abrelatas por ese mismo sector de la cancha. Pero toparnos con una jugada de gol seguía siendo extraño como que el Congreso de la Nación sesione a favor del pueblo.
Parafraseando a la frase de Friedrich Nietzsche, lo que no te “Mattalia” te fortalece, llegamos al inesperado empate entre la diosa fortuna y un grueso error del arquero de ellos. Faltaban 13 minutos para el cierre del match, cuando un pelotazo desde mitad de cancha de nuestro terrateniente Nicolás Previtali, puso la bola en los arrabales del área rival, obligando a una salida de emergencia al arquero de Racing, Joaquín Mattalia, y ahí en el afán de querer despejar dejó la pelota corta y su portería abierta de par en par. Le quedó la bocha al ingresado Lautaro Fedele que desde la lengüita del área remató sin dudar al arco vacío y lo llenó de gol, en el primer tiro de gracia que tuvimos. Se gritó muy fuerte ese tanto, atrás quedaba el planteo mezquino de García, el poco volumen de juego, la falta de coraje para encarar hacia los suburbios del rival y la enemistad férrea con el esférico. Todo quedaba en modo chatarra, porque llegamos a la parda, pero jugando así nos puede terminar visitando la parca.
Aquí seremos hinchas, pero nuestro fanatismo no nos cierra los ojos, analizamos y reconocemos cuando jugamos para ser meme. Y ante Racing fuimos un chiste sin remate. Por eso, nosotros no somos negacionistas, no queremos volver a plantear la teoría de los dos demonios del Dr. Mariano Grondona, que el Gobierno Nacional desempolvó y la tiró nuevamente a la cancha. Fueron 30 mil, fue un genocidio, una masacre y no una guerra. Hubo desaparecidos, torturados y no respetaron ni a los bebés. Nunca más queremos vivir en dictadura, aunque hoy nos gobierna en democracia un grupo de hombres y mujeres que odian a los argentinos y romantizan al inodoro de Videla.
Volviendo al partido en Córdoba, yo tengo Fe(dele) que todo cambiará, no podemos seguir jugando así, es hora de modificar el cancionero. Hay que afinar mejor los instrumentos. Ponerlo a Coronel tan pegado al número “5” cuando tiene voz de tenor para que solo cante el arroz con leche, no tiene sentido. Porque no es lo mismo perder la pelota cerca del estudio de grabación de ellos que del nuestro. Con “El topo” jugando de estorbo de Previtali aumenta el riesgo de un mal pase y que te agarre de contra el oponente de turno. Mejor que cante cerquita de la banda de delanteros. Tampoco, que el coach musical que tenemos siga con el repertorio de la línea de 5 cantores en el fondo del escenario. Perdes el medio y no das la nota con la pelota en los pies, encima te terminan tirando tomates por lo mal que jugaste. Es mejor que seamos el Cuarteto Imperial en defensa, que interpretar a los Cinco latinos. A pesar de todos los problemas que tuvimos en el Miguel Sancho, que en el final casi nos vuelven a vacunar y que jugamos con menos ritmo que un lento de Armando Manzanero, conseguimos mantener el invicto y la punta del grupo, pero hay que mejorar para que no nos metan en cana en el Rock de la cárcel.


La próxima fecha tocará otro duro rival, el Quilmes Atlético Club. Será en nuestro patio de la cerveza. Esperemos que esta vez la espuma la pongamos nosotros, que los mareados sean ellos y que nuestra gente tenga el mejor sabor del encuentro viéndolo jugar a . Aunque observando los últimos partidos, aceptamos ganar tomando una birra que pueda estar caliente, que sea sin alcohol y como pasa en muchos bares y restaurantes actuales que te la sirvan sin que te pongan un platito con maní o palitos. Bancamos todo con tal de festejar otro triunfo de
, pero necesitamos mejorar en el césped, porque no queremos pasar otro año de cirrosis en el torneo de la Primera Nacional.
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