21 noviembre, 2024

Un lugar, todas las disciplinas

En Tandil se “Sierra” una gran victoria

Atlanta

Épico, gigantesco, gesta patria la lograda por Atlanta. Se consiguió un triunfo de oro, vital, esencial, para ganar una final y así la permanencia este cada vez más cerca. Hasta un gol hizo Klusener para que la fiesta sea completa. Delirio total por los 3 puntos atrapados en Tandil.

Por primera vez en la historia El Bohemio se medía ante Santamarina. Cuenta la leyenda urbana que en el verano de 1960 disputó un amistoso el elenco de Villa Crespo contra Ferrocarril Sud de esa ciudad. Fue empate 1 a 1, pero por los porotos era el estreno de Atlanta en la tierra del salame. Vale aclarar que también nació Macri en esa ciudad, pero del salame que nos referimos es al del embutido. En definitiva con esta victoria tenemos 100 % de efectividad, arriba estamos en el historial, podemos decir que los tenemos de hijos(?) Otro motivo para seguir festejando.

Por la fecha 31 del somnífero torneo de la Primera Nacional Atlanta viajó a Tandil para enfrentarse a El Club y Biblioteca Ramón Santamarina. Era un duelo trascendental para evitar dar las hurras en la categoría telonera de la Liga Profesional. Ellos en el último lugar del barco, incrustados en el fondo de la tabla de posiciones, nosotros con un toque más de aire, pero aún relojeando el respirador artificial. Todavía no tenemos el alta médica, pero después de ganarle 2 a 1 ya nos trasladaron a una sala común. Lo que no sabemos si después de esta traumática temporada los hinchas de Atlanta no terminan todos internados, pero en un loquero.

Para este duelo primordial Mauricio Giganti seguía sin poder contar con Alán Pérez y Matías Donato por sendas lesiones. La variante táctica que empleó el DT para este choque de intereses fue el ingreso de Lucas Ríos, que había entrado muy bien en el complemento ante Rafaela, por Evelio Cardozo, permitiéndole a Dramisino que vuelva a la tripulación de la mitad de cancha. Recordemos que el último partido ante La Crema lo ubicaron en el exótico puesto de extremo por izquierda, está vez reinodó la cordura. En definitiva, estos fueron los 11 apellidos elegidos por el entrenador bohemio: en el arco lo vimos a Rago. Para la defensa se postularon Molina, Colombo, García y Perinciolo. En el medio se cortaron solos Galeano, Marín y Dramisino. Para adelante enfilaron Ríos, Klusener y Marcioni. Para los enamorados de los números fue otra vez 4-3-3 como en el cotejo anterior.

En el primer tiempo fue un poco más el ilustre visitante, con un Galeano moviendo los hilos como gran titiritero. Se destacó a cuenta gotas la marioneta de Lucas Ríos. La mano que más se usó fue la derecha, en la que juntó en el mismo show a los dos mencionados más Matías Molina, con estos tres malabaristas inquietó el elenco bohemio que igual sigue sufriendo el último número del espectáculo. No tiene profundidad en los metros de fuego, le cuesta resolver las jugadas de ataque, le falta un buen repertorio en la ofensiva, y por eso muchas veces termina como un payaso cada vez que se acerca al área de enfrente. 

El complemento fue similar al primer tiempo, ambos equipos demostraban en vivo y en directo porque tenían tan poquitos puntos en el torneo, porque su lucha se reservaba en el campeonato de la supervivencia y no asomaban la bocha en los puestos elitistas de la tabla de posiciones. Los dos estaban cortados por la misma tijera, aunque la urgencia al elenco tandilense le golpeaba más fuerte la puerta que al conjunto bohemio. Costaba vislumbrar situaciones de gol por los dos lados del mostrador. Se prestaban la bola, Galeano ya no transitaba el pasillo derecho del mediocampo, lo habían mudado con todos sus bártulos al otro lado, el izquierdo. Por ende esa sociedad que armaron con Ríos en la primera parte no tenía más agua, el pibe quedó aislado y los ataques quedaron planchados. Imaginar un gol era tan raro como pensar que el fiscal Luciani busca justicia.

A los 15 minutos del segundo tiempo llegó el primer cambio en Atlanta, fue fundacional está variante para empezar a escribir la victoria. Juan Bisanz ingresó por Lucas Ríos, cambiazo vía Celina el que se concebía. Al toque de haber entrado el melli gestó la jugada del primer gol, confirmando que sus rendimientos se potencian viniendo desde el banco que jugando desde el inicio. Iban 18 minutos del complemento cuando Bisanz se escapó por la banda ancha derecha, le dio pelota Dramisino quien le alcanzó el elemento para que lo envíe al área rival y ahí con el quedo del arquero y el zaguero central local se filtró como un rumor Julián Marcioni para estampar el primer tanto del doparti. Se juntaron los extremos porque esa es la ley primera. ¡Por fin el hincha bohemio gritaba un gol! Lo qué cuesta toparse con estás alegrías, son tan de edición limitada que cuando se producen hay que celebrarlas con bombos y platillos, marcar este día en el calendario con letras rojas si es necesario. Son acontecimientos tan especiales como cuando te invitan a un casorio. 

Pero la alegría duró algo más de 10 minutos. A los 29 del segundo tiempo llegó el inefable empate. Bochazo desde mitad de cancha al área visitante, Martín García no pudo rechazar el esférico, erró fiero el marcador central de Villa Crespo, Rago dudo en salir y en ese sitio de incertidumbre apareció con toda la astucia Matías Alustiza para colocar la parda. El ex jugador funebrero y con apodo de Chavo lo igualó, tristeza plena en Atlanta que se quería esconder en el barríl. Con lo que cuesta hacer un gol, viene el flaco García y mete semejante pifia. Pintaba para una decepción eterna.
A 5 minutos del final llegó el desnivel definitivo, la algarabía viajaba en caravana de Tandil a Villa Crespo. Se despachó un tiro libre al mundillo del área rival, ganó en las alturas Rodrigo Colombo con el balero, antes que la pelota se vaya de la cancha Matías Molina estiró la pata y puso de nuevo el balón en juego, y abajo del arco uso el marote Gonzalo Klusener para anotar el gol de la victoria. ¡Por fin el veterano “9” bohemio la volvió a meter! Ya ni recuerdo cuándo fue la última vez que mojó el ex delantero tallarín.Me cuentan por línea privada que su último gol con la de Atlanta fue en la fecha 9 ante Temperley en Turdera en el mes de abril. ¡Pucha que pasó mucha agua bajo el puente!

Antes del segundo tanto, Giganti había movido el banco. Nicolás Medina, la nueva joya de Celina, entró por Marcioni, y Maxi González reemplazó a Dramisino (uno imaginaba que el ingreso de González era por Marín que estuvo a punto caramelo que lo rajen por una fuerte infracción de su autoría) Después del bendito segundo gol llegaron los otros dos cambios para cerrar la ventana de modificaciones. Y la verdad con el fresquete que había en Tandil, lo mejor que se podía hacer era cerrar la persiana. Las últimas dos variantes fueron el estreno en Primera de Valentín Gelos por Klusener y la salida de Galeano por Evelio Cardozo. Como el Gobierno de la Ciudad en la casa de Cristina, Atlanta vallaba su área para que nadie moleste. Este cerrojo era para beneficiar al pueblo bohemio, el otro perjudicaba al pueblo argentino. Entonces el conjunto visitante terminaba con una línea de 5 en el fondo y rezando que Santamarina no vuelva a empatarle. Por lo visto oyeron nuestras plegarias y el resultado quedó congelado. Alivio al por mayor con este triunfo fundamental para escaparle al fantasma del descenso. Por eso en Tandil se “Sierra” una gran victoria.

Es cierto que aún los números no terminan de asegurar la permanencia, queda un trecho por recorrer. En tiempos de álbum de figuritas, todavía no se lo llenó, pero ante Santamarina abrimos el sobre y nos encontramos con una difícil, de esas victorias que no todos tienen. Esperemos que en los próximos partidos salgan más triunfos repetidos para que de una vez por todas se termine este calvario.

El elenco de Giganti jugará por la jornada 32 como local ante el entonado Estudiantes, que tuvo fecha libre pero que viene de enlazar 5 victorias en fila. Ahí en el Pincha de Caseros está trabajando el Dr. Norberto Debbag, que hasta el 2021 y por muchos años fue el médico bohemio, yo creo que hay que arreglar con el tordo un buen resultado en Villa Crespo. Es hora de agarrar el bisturí y entrar al quirófano, aún quedan cinco operaciones para que Atlanta pueda seguir un año más internado en la Primera Nacional.