19 septiembre, 2024

Un lugar, todas las disciplinas

Le quedó “Giganti” el cargo

Atlanta

Ya es historia Mauricio Giganti en el Bohemio. Luego del empate que le propinó en la última jugada del partido Deportivo Madryn en el León Kolbowski, se resolvió de común acuerdo(?) Que deje de ser el DT del elenco de Villa Crespo, una decisión que se tomó con un delay de por lo menos 2 meses. Por lo visto los popes que manejan al club aún tienen a Internet Explorer como su navegador de cabecera, se comunican entre ellos con el pin del BlackBerry y los sábados a la noche su plan ideal es ir a Blockbuster. Ojalá que el próximo entrenador tenga el Chrome o el Mozilla en el escritorio de la pc, use WhatsApp, Telegram y hasta el flamante Truth. Pero con los bueyes que aramos, somos capaces de elegir a uno que junta las monedas para viajar en el bondi, que usa el cospel para el teléfono público y que su pasatiempo favorito es ir al Italpark. Esperemos que Atlanta no termine en los autitos chocadores, aunque hasta aquí la campaña tiene los vaivenes de la Montaña rusa, el fútbol de El tren fantasma y una sensación igualita a cuando terminan sus partidos como cuando salías del Laberinto del terror.

Por la fecha 20 de la zona B de la Primera Nacional, Atlanta recibía a Deportivo Madryn que tenía un punto más que el Bohemio (25 a 24) Aunque los dos estaban afuera del círculo íntimo de la tabla de posiciones. Si el elenco chubutense ganaba se ponía en el Reducido grupo de los que juegan por el 2do ascenso, pero si el que conseguía el triunfo era el dueño de casa se posicionaba a una unidad de esa zona restringida. Cuenta la leyenda urbana que sólo se vieron las caras en dos oportunidades. Ambas en la tierra sagrada de las ballenas. En 2022 ganó el locatario por goleada 4 a 1. Y en febrero de este año se impuso la visita 1-0 con gol de Becker. Parecía que se repetía la historia, pero el destino tenía otras (malas) intenciones.

En lo que sería el último partido de Giganti al frente del Bohemio, el ahora ex DT determinó dos variantes con respecto a la derrota ante Rafaela la jornada pasada. Camargo reemplazó al expulsado Camisassa y debutó en la zaga central Tomás Fernández por Alan Aguirre. El resto de la comitiva fue la misma. En definitiva, en el arco estuvo la seguridad de Sumavil. Abajo jugaron Camargo, Fernández, González y Mosca. Parece redundante, pero esos 3 defensores si los juntáramos diríamos que es un apellido compuesto: Fernández González. Y por ende los tipos de doble apellido tienen mucha mosca, pero no es el caso. El medio se lo repartieron Dramisino y Duarte. Delante de ellos dos jugó el cumpleañero Galeano, que festejaba en el patio de su casa los 34 pirulos. En la extrema derecha se posicionó Becker, un apellido ideal para estos tiempos en los que se juega Wimbledon. En el carril zurdo se movió Vedoya, y como punta de lanza lo ubicaron nuevamente a Mazzola. 4-2-3-1 fue el dibujo táctico, que por momentos parece haber sido dibujado por un alumno de jardín de infantes.

El partido en general fue tan pobre como cuenta bancaria de un linyera. Por cierto, el gol tempranero que conquistó el Bohemio fue una donación de su rival, como quien le regala algo que no usa a uno que está muy necesitado. A los 5 minutos de la etapa inicial se equivoca uno de los defensores de Madryn al no poder tocarle el esférico a su arquero, casi que le pifió a la bola. Y ahí estaba como un cazador de oportunidades Diego Becker, que ni lerdo ni perezoso se llevó la bocha y encaró al área enemigo, ante la salida tímida del portero se la incrustó junto al palo izquierdo. Derroche de felicidad en las gradas de Villa Crespo. Gol madrugador para despertar los corazones de los hinchas, que viendo como juega el equipo van a tener que tener en sus hogares un cardiólogo con cama adentro.

Como ya mencionamos hace algunas pocas líneas, el partido en general y el primer tiempo en particular fue un bostezo continúo. La próxima vez hay que ir a la cancha en piyama, con un gorrito pompón y con el osito de las buenas noches. Seguro que se jugará en día lunes, eso ya está escrito en todos los libros sagrados de cualquier religión. Figura tanto en la Biblia como en el Torah, y hasta algún párrafo sobre el tema fue escrito en el Corán. Atlanta debe jugar en Villa Crespo los lunes. Más allá de estos documentos clericós, antes y después del gol de Becker fue un espanto lo que se jugó. Solo quedó para llenar el libro de quejas, un supuesto penal que no le dieron a Galeano. El árbitro del cotejo entendió que simuló y por eso lo amonestó. Sin tanto registro fílmico de esa maniobra, me animó a opinar que no fue ni una cosa ni la otra. No era ni para sanción de pena máxima ni tampoco disciplinaria contra el cumpleañero.

El segundo tiempo también fue de poco vuelo. Carreteo cerca del área rival Deportivo Madryn ante un Atlanta que dependía del comisario de abordo, Juan Galeano, y de alguna aparición de la azafata de Becker. Aunque al equipo no le daba ni para ofrecer pasta o pollo de menú a los pasajeros de la aerolínea de Villa Crespo. Las únicas chances de peligro que hicieron ajustar el cinturón de seguridad a sus hinchas fueron dos remates de media distancia al arco. Uno por intermedio de Galeano y otro de Mazzola, que a diferencia del “10”, este disparó recontra desviado de la valla. Pedimos desde aquí que no le corran más la portería al “9” Bohemio. Esos chistes deben estar erradicados como los de machistas y gallegos. No puede ser que cada vez que va a disparar, le mueven la casita del guardameta. No es impericia de Nicolás, no es que le tiene alergia al gol o es un perejil pegándole al arco, no vengan con esas boludeces. Seamos serios y dejemos de enviar fake news sobre el pobre Mazzola, que como ya dijimos sus últimos partidos fueron muy buenos, aunque ante la Madryn que lo parió no rindió del mismo modo.

El ya despedido Giganti realizó la primera variante cuando al encuentro le restaban unos 20 minutos. Nicolás Medina entró por Franco Vedoya, que le hizo honor a su nombre de pila y se lo tomó completito sin pintar por el León Kolbowski. A 10 minutos del final, cuando ya la visita había tenido algunas escasas oportunidades de goles, todas a las que Sumavil le bajó la espuma, el (ex) DT Bohemio volvió a retocar el equipo. El guaraní Ferreira ingresó por Mazzola y Bisanz hizo lo propio por Dramisino. Desde este humilde lugar nos preguntamos si no era momento (Rexona) para que entre Bogado en lugar del Chucky. El melli tiene grandes condiciones, pero su juego con la pelota por momentos parece el de un canchero, como ese tipo que te habla mientras mastica un chicle. Igual, lo peor de los cambios de Giganti se dieron en la última ventana.

Ya se estaba cumpliendo el tiempo reglamentario, el cuarto árbitro dejó el cartel con los 5 minutos que iba adicionar para anunciar la doble modificación en el dueño de casa. Salieron Becker y Galeano. Si leyó bien, no tiene que pedir turno con el oftalmólogo, para que su prepapaga le de uno de acá a 3 meses. Salieron los dos mejores jugadores del equipo, como si el partido lo estuvieras ganando por dos o tres goles. ¿Lo hizo para qué la hinchada le cante el feliz cumpleaños a Galeano? Su reemplazo fue un debutante, que no juega en su posición, sino que es un marcador central, como Tomás Rojas. Capaz que el míster quiso hacer debutar bajo su ciclo a otro purrete más. Hay Detes que se golpean el pecho por cuantos jugadores hicieron debutar, como ese tío que llevaba a todos los pibes del barrio a tener su primera vez. Una práctica que por suerte también quedó en desuso. Para culminar con las variantes, el sucesor de Becker fue Krilanovich, que es como Maggie Simpson. A una no le conocemos la voz y al otro las piernas. Pero lo peor aún no había llegado.

Había pasado un minuto de los 5 que agregaron. Fue en ese fatídico momento que dejamos que manden un centro desde nuestro costado derecho. La pelota pasó por toda el área sin que ninguno de los tres centrales pudiera despejarla. Metiste a uno más para ese convite, y a la hora de los confites nadie puso la gamba. La redonda le quedó a uno de los que ingresó en el segundo tiempo para Deportivo Madryn, Enzo Arreguín, que haciéndole honor a su apellido arregló los problemas de su equipo y conquistó el empate fusilándolo a Sumavil. Desazón en las tribunas del Kolbowski. Más que la semana de la dulzura, parecía la semana de la amargura. No hay peor sentimiento que te lo empaten en la última acción del partido. Te sentís huérfano. Queres putear y no te salen las palabras. Miras al piso y deseas que te acobije ese suelo que por lo general está muy sucio. No hay consuelo absoluto, ni VAR en la Primera Nacional que anule la jugada de ese devastador empate. No hace falta aclarar que se igualó 1 a 1, que no tuvimos ninguna chance más para ganarlo y que otra vez las puertas del reducido se cerraron en nuestra cara. Si alguno conoce un cerrajero de confianza, que lo vaya llamando, aunque a esta altura ni encontrando el llavero de Alcalá podés abrir esa cerradura tan esquiva.

Le quedó Giganti el cargo. El DT que venía de dirigir a Ferro de General Pico llegó en junio del año pasado. En total fueron 36 partidos, con 12 victorias, 13 empates y 11 derrotas. Lo mejor del equipo se vio en el 2022 cuando asumió en el trono de Villa Crespo. Allí consiguió solidez defensiva. Pero este año en ese rubro hizo agua y en el juego tampoco hubo agua potable. Ni cañerías habían instaladas. Alguna gota de fútbol por parte de Galeano, pero por lo general te dejaban con mucha sed. Giganti es uno de los responsables, pero no es el culpable de este presente que no cierra como un pantalón small para una persona que pesa 150 kilos. Habrá que adelgazar o cambiar el lompa, pero seguir con la misma vestimenta y la misma grasa abdominal puede ser muy peligroso.

El próximo cotejo será el sábado a las 15.30 horas ante Villa Dálmine en Campana. Esperemos no seguir sonando, porque enfrente estará el colista de la tabla de posiciones, al que le llevamos 10 puntos de ventaja. Con esta campaña uno ya no sabe si pispear al último que ingresa al reducido o a los inquilinos del sótano de la clasificación. Ya veremos si iremos a la casa del violeta con DT de estreno o interino, pero necesitamos atrapar los 3 puntos ante el equipo que era hincha Juan Carlos Calabró. Ojalá sean un pelotazo en contra, que le rindan tributo a Renato Pasalaqua y que los hinchas de Atlanta terminemos festejando al ritmo de Johnny Tolengo.