0 – Deportivo Maipú 0
El miércoles pasado tuvimos el censo en el país, pero a Atlanta el censista lo visitó este viernes en su coqueta casa de Villa Crespo, que de la última vez que fue el encuestador la encontró mucho mejor. Con una fachada radiante y más luminosa que antes, pero quedó muy preocupado con los números que arrojó la encuesta. A raíz de las preguntas que le formularon al equipo de Orfila todo estuvo en cero. Cero en juego, en ambición, en defensa, en el medio y en ataque. Frente a Deportivo Maipú el Bohemio no pudo ni responder cuántas mujeres y varones viven en su hogar.
Atlanta volvió a defraudar e igualó sin goles ante un rival que le hizo precio de amigo (?) Ya que no embocó ninguna de las jugadas de peligro que tuvo, aunque a esta altura empatar o perder valen casi lo mismo. En 16 partidos se cosecharon solo 3 triunfos, los números no cierran por ninguna parte y es muy alarmante este presente que parece no solucionarlo el cambio de orientador táctico.
Por la jornada 16 del torneo de la Primera Nacional, Atlanta recibió a Deportivo Maipú con la obligación de agarrar la onda verde del triunfo, pero los semáforos como su fútbol le siguen dando en rojo. Era vital y móvil mejorar la imagen que había dejado en la caída ante Nueva Chicago, pero nada de eso se consiguió. Podemos decir que la derrota ante el Torito amargó la semana y el empate sin pena ni gloria ante el Botellero arruinó el fin de semana. Se esperan más éxitos de este tenor mientras el equipo siga jugando con tanto temor.
Por obligación o por gusto táctico Orfila movió las fichas del tablero del primer equipo. La defensa tuvo los mismos nombres de los últimos cotejos: Rago en el arco; Carrasco, Pérez, García y Gallo los de abajo. En el medio llegaron los retoques. Alejo Dramisino y Juan Galeano se repartieron las cartas del volante central, a raíz que Maxi González tenía acumulación de amarillas, dejando en claro lo mal armado que estuvo en ese puesto sensible el plantel profesional. En los costados de la mitad de cancha anduvieron Gonzalo Berterame por la oligarca derecha y Juan Bisanz por la cuestionada izquierda, un sector que le quita comodidad y que arrancando de volante lo llena de más obligaciones y lo aleja de sus explosiones. Adelante estuvo un perdido y confundido Evelio Cardozo con Matías Donato como punta de lanza. Fue un forzado 4-4-2. Teniendo en cuenta además, que Marcioni estaba lesionado y Ramón Fernández por gusto del DT fue al banco, lo extraño sería que no lo uso de moneda de cambio.
El Primer tiempo si lo analizo lo limito, por eso mejor digamos que no se jugó, que el equipo no se presentó en el campo, que no hubo feeling con el fútbol y que los protagonistas siguen homenajeando a Erviti. Fueron otros 45 minutos de plagio. Más de un hincha tuvo que pispear si en el banco estaba como DT Orfila o el anterior entrenador. Tanto se pidió el cambio de míster y parece más de lo mismo. Se especuló con un plantel mejor que del año pasado y hasta aquí la pifiamos de rabo a rabo. Todos nos equivocamos, salvo uno, “Antín” (solo para entendidos) que tiene blindaje para recibir críticas de su trabajo.
Tristísima primera mitad, salvo un par de aproximaciones muy tiradas de los pelos para Atlanta, las únicas claras situaciones de gol las tuvo Deportivo Maipú. Seguir jugando así es muy tóxico, peligroso, penoso, vergonzoso. La AFA debería devolverle a los hinchas el 50 % de las entradas si su equipo juega el primer o segundo tiempo para la mona, sería como una suerte de previaje. Con lo que le garparían a los simpatizantes de Atlanta les alcanzaría para las vacaciones del próximo verano con todos los gastos pagos. Ojo que puede ser una buena idea para reactivar el consumo interno, atento Alberto, hable aunque sea por zoom con el Chiqui y propóngaselo.
Para arrancar los últimos 45 minutos Atlanta no hizo cambios de nombres pero si movió los hilos de algunos jugadores. Bisanz fue reubicado en su carril fetiche, el derecho. Berterame se mudó a la izquierda, pero las ideas no fluyeron, a pesar que tuvo algunas poquitas chances para mojar, se jugó muy mal. El rival construyó varias situaciones de riesgo, hasta un gol en la línea salvó el Bohemio, Martín García para ser más preciso, el único que sobresalió del fondo. Pero al Botellero le faltó un mataburros para tener definición, de lo contrario el resultado podría haber sido diferente y la victoria viajaría sin escalas a Mendoza. No le digo que iría en Primera, pero arriba de un flybondi seguro volaría.
Ni los cambios que llegaron con el correr del doparti mejoraron al equipo de Orfila. Pérez Godoy ingresó por un lastimado Dramisino, que había sido el mejorcito de los volantes, y en esa misma ventana entró Pedrozo por Cardozo, que nadie puede asegurar si estuvo en el partido. Por ahí su participación fue un mito, una leyenda urbana, como el Pombero jugó Evelio. Pero la cruda realidad es que se puso la 8 de Atlanta y no gravitó para nada el surgido en la cantera académica.Las otras variantes que también llegaron en dueto en la adultez del segundo tiempo fueron las de Perinciolo por Gallo y Klusener en lugar de Donato, que hubiera cerrado por todos lados que anoté un gol después que Masterchef ganó el Martín Fierro de Oro, pero con la actuación del ex delantero de Lanús ni para los Don Segundo Sombra daba su candidatura.
Otro paso en falso, otro desahuciado partido jugado. El equipo se desangra y no hay galeno que pare la hemorragia, ni el DR House puede saber el diagnóstico para curar al paciente. Ya se fue la mala praxis de Erviti, pero llegó el tordo de Orfila y Atlanta sigue en terapia intensiva.La defensas están muy bajas, en cualquier momento a sus integrantes de la última línea lo llama algún cocinero para que hagan de colador para los fideos que están por preparar.El medio tiene todas las bacterias pululando por ahí. No paran ni al colectivo, al único que le hacen señas para que se detenga es al subte. Hasta aquí no destruyen ni construyen, solo molestan como la oposición política de este país.La delantera necesita urgente un lifting, que un cirujano las retoque aunque más no sea. Seguir por este camino puede mandarnos al cementerio. Ojalá haya algún iluminado y encuentre el antídoto preciso, aunque ya muchos esperan no bajar del puesto 30 y salir ileso en el clásico, demasiado poco para un proyecto que nunca recibe quejas.
Después del triste, solitario y final 0 a 0 ante Deportivo Maipú, Atlanta viajará a Quilmes para enfrentar a la cerveza, el sábado 28 a las 19 horas. Es un mal momento para medirse ante ellos, ya que el Bohemio en este torneo tiene un presente muy abstemio, hasta la sidra para niños los marea. Lo bueno que supera cualquier control de alcoholemia, pero el verdadero control que no aprueba es el futbolístico, ahí todos los valores le dan para el tuje. Habrá que poner bien el ojo en los refuerzos de mitad de campeonato, son 4, hay que saber elegir nombres y puestos. Yo iría pensando en Mario Santos, Sergio Ravenna, Gabriel Medina y Pablo Lamponne. Son los únicos que pueden hacer milagros, y este equipo vaya que los necesita.
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