El argentino Fernando “Puma” Martínez derrotó a Jerwin Ancajas y se quedó con la corona de los supermoscas de la FIB.
En el Hotel Cosmopolitan de Las Vegas, Estados Unidos, el argentino aprovechó su oportunidad y pese a no ser el favorito, derrotó por puntos y en fallo unánime al filipino Jerwin Ancajas y se consagró campeón mundial supermosca de la Federación Internacional de Boxeo (FIB). Las tarjetas acompañaron a la amplia supremacía mostrada durante el combate: 118-110, 117-111 y 118-110.
El boxeador nacido en La Boca y que vive desde hace varios años en Avellaneda causó sorpresa y admiración en los 10.000 espectadores que asistieron al mítico estadio del Cosmopolitan con las intenciones de observar al púgil de Manny Pacquiao, quien tenía todas las aspiraciones en la potencia de su compatriota y a una posible unificación con Kazuto Ioka, campeón de la Asociación Mundial (AMB); pero que se encontró con el Puma, que lejos de sentirse inferior por los números de su rival y por la magnitud del evento salió de entrada a imponerle su sello a la pelea. El argentino dominó con mucha claridad los primeros y los últimos rounds, cuando logró aprovecharse de los nervios y la desesperación de Ancajas, que nunca hizo pesar su mayor envergadura -los únicos tramos de potencia del filipino se dieron en el séptimo y el octavo asaltos, con duras réplicas de zurda-.
“Se me cumplió un sueño. Voy a ayudar a mi mamá a comprar su casa”, dijo Martínez; que con un invicto de 14 triunfos (8 KO) se transformó en el sexto boxeador nacional en ganar la corona mundial supermosca, luego de Gustavo Ballas, Santos Laciar, Carlos Salazar, Víctor Godoi y Omar Narváez.
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