Más de lo mismo.
En la tarde del domingo, en la provincia mediterránea, jugaron Instituto y . La crónica del partido sería similar a todas las que hice de bajo la dirección técnica de Gómez- Orsi; por eso y agradeciendo la libertad de expresión que me da este espacio, voy a dar mi parecer sobre el futuro de .
Si vos le das todo el control del partido al rival esperando un error de su defensa, rogando que ningún delantero del contrario se encienda y ningún defensor de tu equipo se equivoque para después incendiarlo en la conferencia de prensa, el resultado es previsible. Que pasaría si en cambio, nos paramos unos metros más adelante y rodeamos al volante creativo (sería Taborda) con más juego asociado, para que Pellegrino deje de pelear solo allá arriba y sea el que culmine una buena jugada de ataque.
No generamos un solo tiro libre cerca del área y por más que lo tengamos, no hay ningún especialista para ejecutarlos. Cambiemos el chip y si el destino nos condena que sea con la cabeza alta y jugando al fútbol.
La figura: Pellegrino (6).
La crónica se las debo, hoy tenía ganas de escribir esto. Hasta la próxima Calamares.
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