Max tuvo una tarea formidable en Austria que le permitió hasta relajarse en plena competencia. Charles Leclerc hizo sonreír de nuevo a Ferrari con el segundo puesto mientras que Checo Pérez completó el podio.
La hegemonía de Red Bull se extendió en su casa con Max Verstappen, que consiguió el séptimo triunfo en la temporada y el cuarto en el Gran Premio de Austria, siendo el piloto más ganador en este escenario. El circuito de Spielberg fue testigo de una nueva victoria del bicampeón del mundo que se dio el lujo de cambiar los neumáticos en la penúltima vuelta para hacer el récord de la carrera, ya que contaba con una diferencia importante sobre Leclerc y Checo Pérez -venían segundo y tercero, respectivamente-.
A pesar de la resistencia del ingeniero a cargo del RB19 de Verstappen, el neerlandés hizo caso omiso a la directiva desde los boxes y paró para realizar el reemplazo por compuestos blandos, con el cual consiguió prevalecer y marcar la vuelta más rápida de la competencia austríaca, festejar el décimo triunfo consecutivo para la escuadra, quedando a uno de la marca que mantiene McLaren desde 1988.
El fin de semana fue esquivo para Aston Martin y Mercedes que no pudieron prevalecer en los puestos protagonistas del Sprint, ni tampoco en la carrera principal. Es por eso que fue el revivir de Ferrari, ya que se metió en el podio de nuevo con el segundo puesto de Leclerc. Carlos Sainz fue cuarto con una penalidad por excederse de pista.
Todo parece indicar que la pelea en el campeonato estará entre “el resto”, dado que Red Bull tiene abrochado el título de constructores y el de piloto. La próxima carrera será el domingo que viene en el GP de Silverstone.
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